«YO SOY EL QUE SOY»

«YO SOY EL QUE SOY»

Cuando Moisés fue llamado por Dios para ser enviado a rescatar a su pueblo, no tenía una idea de lo que iba a decir (Ex. 3:13,14). Preguntó, «Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé»?
La respuesta de Dios fue sencilla, «YO SOY EL QUE SOY». «Yo soy»…al parecer esas palabras de primera instancia no tienen gran significado, o gran impacto, pero si nos detenemos a pensar bien en ellas nos daremos cuenta que son las palabras más potentes que Dios ha hablado, porque ellas declaran el poder y la autoridad suprema de Dios.

El faraón de Egipto para su ruina pudo comprobar eso, pues al llegar Moisés a Egipto y presentarse delante de él con el mensaje que Dios envió, se burló e hizo poco caso de ellas (Ex. 5:2). Pero ya sabemos el poder el la autoridad de Dios se dejan ver muy claramente detrás de ellas. Podemos ver en el libro de Isaías (43:11) las mismas palabras dichas por el profeta acerca del poder y autoridad de Dios para salvar.

ISRAEL SE OLVIDÓ DEL GRAN YO SOY

También así su propio pueblo Israel experimentó el poder de esas palabras en el desierto por su rebelión, desobediencia y olvido. (Num. 14:27,29). Olvidó el pueblo las maravillas y prodigios poderosos con que Dios les sacó de servidumbre de Egipto, la división del mar rojo, el sostenimiento y protección de día y de noche en el desierto y como último la tierra que les tenía preparada.

Un dicho común es, «los que olvidan el pasado están condenados a caer». Quedó aquella generación postrada en el desierto por olvidar quién era Dios. Tenían un concepto pobre del poder de Dios, los hechos grandes y maravillas no tuvieron gran efecto en sus mentes, meas bien murmuraron y se quejaron de Dios. Los ajos y las cebollas y los melones que comieron en Egipto eran más importantes para ellos que el Dios poderoso y bueno que los había sostenido y les iba a bendecir aun más en la nueva tierra (Num. 11:4,5). En el libro de Jeremías (25:3) leemos que estuvo por 23 años Dios hablando a su pueblo para que se arrepintieran de sus pecados de idolatría y se volvieron a Dios, pero hicieron poco caso, todo fue en vano. No daría el espacio para citar tantos ejemplos de la historia de Israel para con Dios. El olvido, la rebelión y el pecado tienen sus consecuencias, y para Israel lamentablemente olvidar quién era Dios sufrió amargas consecuencias.

NACIONES MODERNAS SE OLVIDAN DEL GRAN «YO SOY»

A través de la historia del mundo vemos como también se repiten cosas para mal de la sociedad. La constitución de este país, los Estados Unidos, tuvo sus principios basados en la Biblia. Sus fundadores reconocieron que Dios era El que es. Pero vemos con pena como hoy la nación declina moralmente a causa de su olvido de esos principios que hicieron grande a esta nación. Dios ha sido «expulsado» de las escuelas y otras instituciones. Ahora se lamenta la sociedad de las condiciones morales: el crimen, abortos, delincuencia, el materialismo y un sin fin de cosas que llevan a la nación al derrumbe. Se hacen estudios y análisis y los «expertos» buscan y proponen soluciones para ¡nada se resolverá hasta que reconozcan que Dios es «YO SOY EL QUE SOY»!

CRISTO, EL GRAN YO SOY

Cristo vino y pronunció aquellas mismas palabras cuando vino al mundo (Juan 1:11; 8:58). Dijo ser: el pan de la vida (Juan 6:35), la puerta, el buen pastor (Juan 10:7,9,11), la resurrección y la vida (Juan 11:25) y el camino la verdad y la vida (Juan 14:6). Estas palabras no hicieron efecto en la mente de la nación judía, con la excepción de algunos. Más bien se burlaron e injuriaron a Jesús y muchos otros desprecios.
Ya podemos ver el preció que pagó la nación judía por desechar a Dios.

CONCLUSIÓN

Estas palabras que Dios habló son las más hermosas y poderosas de la Biblia. ¿Porque? Porque son palabras de salvación y vida eterna. El pan, el pastor, la puerta, el camino, la verdad, la vida, la resurrección: todo eso es Cristo y más…YO SOY EL QUE SOY.

Isaías 45:22 dice, «Mirad a mi todos los términos de la tierra porque Yo Soy Dios, y no hay más».
¡Buscad a Dios mientras puede ser hallado porque Él es El que ES!

Sobre el Autor

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

66 − = 64

Share This