¿SOLAMENTE SERÁN SALVOS LOS MIEMBROS DE LA IGLESIA DE CRISTO?

¿SOLAMENTE SERÁN SALVOS LOS MIEMBROS DE LA IGLESIA DE CRISTO?

La respuesta depende de cómo uno ve la iglesia de Cristo.

  1. Demasiadas personas tienen la iglesia de Cristo como una colección de congregaciones que siguen cierta tradición que se llama “el Movimiento de Restauración.” En algunos países esta colección, esta red de congregaciones, tiene su personería jurídica, sus oficiales (presidente, vicepresidente, etcétera), sus reuniones anuales, etcétera. Y aun donde no acepten las organizaciones nacionales, muchos todavía tienen la iglesia de Cristo como un conjunto de congregaciones que sigue cierta línea.

Si esta es la definición de la iglesia de Cristo que uno tiene en mente, una colección de congregaciones, entonces – no. No es necesario ser miembro de esta red para ser salvo.

  1. Bíblicamente, la iglesia por definición es el grupo de todos los individuos salvos. Hechos 2:47 – Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.” Aunque la palabra “iglesia” (EKKLESIA) no está en Hechos 2:47, la idea está ahí. El Señor no añadió a los salvos a una colección de congregaciones que vino del movimiento de restauración. Los añadió a su cuerpo, a su asamblea en general de todos los salvos en todo el mundo.

Hebreos 12:23 se refiere a “la iglesia de los primogénitos que están inscritos en los cielos.” La iglesia de los primogénitos no se compone de algunos que están inscritos en alguna organización nacional con su personería jurídica, oficiales humanos y reuniones anuales. Están inscritos en los cielos. Dios es el único que sabe quiénes son.

¿Habrá algunos que están equivocados en algunos puntos que se encuentran en el cuerpo de Cristo? Ojalá que sí, porque yo he estado equivocado en algunos puntos, pero confío en la misericordia de Dios con respecto a esos errores. Dejemos en sus manos el saber quiénes específicamente están en ese cuerpo. Que nosotros trabajemos para servirle y servir a otros en las congregaciones a las cuales pertenecemos. Que tratemos de corregir a nosotros mismos y a otros con amor. Pero no nos atrevamos a decir específicamente quiénes son o quiénes no son salvos, o sea, quiénes están en la iglesia del Señor. Dios sabe – confiemos en él, en su misericordia y su juicio.

 

 

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