Malas actitudes en la controversia 3, la ira

Malas actitudes en la controversia 3, la ira

Serie sobre las malas actitudes en la controversia, Parte 3

LA IRA IRRACIONAL

De «Creced» 12/92

«…El siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen…» (II Tim. 2:24-25)

Un intercambio acerca de diferentes puntos de vista puede tener uno de dos resultados: (1) Puede educarnos y ayudarnos a comprender mejor la verdad, o, (2) puede convertirse en un altercado con insultos, apodos feos y rencor. Satanás no quiere el primero y por lo tanto hace todo lo posible para que los diálogos se transformen en riñas desordenadas. La arma más eficaz que tiene para lograr este propósito es el orgullo.

 

DOS CLASES DE PERSONAS EN LA CONTROVERSIA

(1) El orgulloso piensa mayormente en su vanidad en cualquier diálogo. Aunque afirma hablar la verdad, su interés principal no es ella, sino es ser visto por otros como sabio, fuerte y listo. Quiere ganar el argumento más que ganar la verdad o el alma de otros. Cuando una discusión no procede cómo él quiere, o cuando el individuo con quién conversa da puntos difíciles, recurre a los insultos, apodos y exageraciones para humillar a su contrario porque su interés no es ayudarle, sino ser proclamado «el ganador».

(2) El hombre que ama la verdad más que cualquier otra cosa busca el diálogo con los que no están de acuerdo con él, no para ganar una batalla sino para comprender mejor la verdad y mostrarla a otros. Aunque él se frustre de vez en cuando al enfrentar la ignorancia y la falsa doctrina, siempre mantiene el dominio propio, sabiendo que el alma del otro se gana por la corrección dada con mansedumbre (II Tim. 2:26). Solamente cuando no hay otro recurso, habla fuerte al contrario y ésto no para insultarle o humillarle, sino para despertarle al peligro espiritual (II Cor. 13:10).

FRUTOS DEL ORGULLO

* Apodos perjudiciales: Hay ciertos epítetos que siempre tienen connotaciones feas tales como bobo, estúpido, loco, chueco, etc. No deben ser oídos en los intercambios entre individuos dignos que aman la verdad.
Otras palabras como «anti», «liberal», premilenialista, etc. pueden ser empleadas con respeto para describir sinceramente las creencias de otros, o pueden ser empleados para crear prejuicio en la controversia. Por ejemplo: «No le escuche a él. Es un anti». O, «No tenga nada que ver con él. Es liberal».

* Acusaciones injustas y exageraciones. El orgulloso exagera y representa mal las creencias de sus contrarios para crear prejuicios.

A algunos que son más «estrictos» en ciertos sentidos que otros, se les acusan de «no creer en la obra misionera» (solamente porque no quieren que las iglesias sostengan institutos sectarios), «no creer que la mujer puede hacer nada», «ser fanático», «estar muriendo», etc.

A otros que piensan que ciertas aplicaciones son demasiadas severas se les acusan de «querer que la mujer lo haga todo» (solamente por pensar que puede hacer una pregunta en ciertos estudios bíblicos), «querer cortar cierto texto de su Biblia» (por no interpretarlo como ellos), etc.
El hombre que busca la verdad se esfuerza en representar justamente las creencias de otros porque sigue «la regla de oro» (Mateo 7:12).

* El juzgar los motivos de otros. «El lo hace solamente por el dinero». «El quiere ser espía». «Quiere ser famoso». Son otras acusaciones que a menudo se oyen de quiénes son rápidos para juzgar los motivos de otros. Tengamos cuidado al juzgar lo que no sabemos con seguridad. Si alguno enseña algo falso o si se porta mal, corrijamos lo que sabemos ser mal, su error, y dejemos que Dios juzgue su motivo.

CONCLUSIÓN

El que pierde el dominio propio en los intercambios controversiales siempre se ve mal. Pierde el respeto de los que observan, pero de más importancia pierde la oportunidad para aprender la verdad o para enseñarla. Si los diálogos con otros nos van a servir, tenemos que desechar el orgullo y ser bastante maduros para hablar con control y tacto.
«Porque donde hay celos y contención , allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz». (Santiago 3:16-18)

MALAS ACTITUDES EN
LA CONTROVERSIA
Temas para la serie
* Falta de tacto, no hablar de puntos controvertibles
* El partidismo
* La ira irracional
* Insultos y acusaciones injustas
* El juzgar mal a otros
* El abuso de las escrituras

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