El banco de amor
De «Creced» 12/01
Sin el amor nada vale (1 Cor. 13:1-3). Pero, ¿cómo podemos infundir el amor en nuestro mundo?
Se ha dado una excelente ilustración que tiene que ver con «el banco de amor.» Cada individuo tiene un banco de amor en el cual se hacen depósitos y retiradas.
«Los depósitos» son: actos de bondad, palabras alentadoras, servicio, cariño, regalos, el demostrar la sabiduría de lo alto (Santiago 3:17), etcétera,
«Los retiros» son: palabras agrias, descuidos, insultos, críticas no amorosas, disputas, etcétera. Los depósitos aumentan el amor, los retiros lo disminuye.
En un sentido tenemos un banco de amor para con toda la gente que conocemos. Cuando hay pocos tratos con los individuos, o sea, pocos depósitos y retiros, no hay fuertes sentimientos ni a favor ni en contra de ellos. Pero por más trato que tengamos con la gente (por más depósitos y retiros que hayan), más fuertes son nuestras emociones con respecto a ellos.
«El Banco de amor» en la iglesia
Todos tenemos bancos de amor con respecto a los hermanos en la iglesia y hay «depósitos» y «retiros» de él también.
Si en una congregación hay muchos «retiros» del banco: críticas no amorosas, quejas, murmuración, miradas sospechosas y paranoia, allí no hay mucho amor.
Donde hay muchos «depósitos»: actos de servicio, saludos cariñosos, enseñanza dada con paciencia, mansedumbre, confesiones humildes, etcétera, allí habrá mucho amor.
La clave es que cada miembro (es decir, ¡usted!) se enfoque en cómo hacer «depósitos» en el banco de amor de los demás, o sea, que trate de buscar formas para servir a los demás y demostrarles verdadero cariño y amor. También, cada miembro debe tratar de evitar los retiros mencionadas arriba.
Pedro habla de «depósitos» y «retiros» en 1 Pedro 3:8,9.
«…Sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendiciones.»
«En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.» (Juan 13:35).
LA ILUSTRACIÓN: UNA PAREJA CRISTIANA SE FORMA
Un joven cristiano se encuentra con una joven al visitar otra congregación.
* Ella le sonría – Así «deposita» $5 en su «banco de amor.»
* El se acerca a su asiento para hablar más con ella y ella conversa muy bien con él. Deposita $5 dólares más en su «banco.»
* El le pregunta si puede acompañarle a regar tratados con otros jóvenes de la congregación el siguiente sábado. ¡Contesta que sí y deposita $20 en su banco de amor!
* Pero, luego, le llama y le dice que ya tiene compromiso para aquel sábado y que no puede acompañarle. Retira $20 del banco de amor.
* Pero, entonces dice que se siente muy mal por haberse olvidado del compromiso y espera que puedan pasar tiempo juntos en el futuro. Vuelve a depositar $15 en su banco de amor.
* Más tarde el joven llama a su nueva amiga y le pide que le acompañe a algunos estudios intensivos del libro de Salmos que un evangelista está dando en la área. Ella acepta y le acompaña. Deposita $30 en su banco de amor.
* En los estudios intensivos de los Salmos, él se da cuenta que ella es muy profunda en su conocimiento de las escrituras aunque sea muy humilde. Deposita $50 en el banco de amor.
* El le compra una docena de rosas para ella. Deposita $50 en el banco de amor de ella.
* Comienzan a orar y estudiar mucho y van juntos a estudios bíblicos y a diversiones sanas. Hay muchísimos depósitos y pocas retiradas. El amor florece y a lo largo la pareja se casa y forma un hogar cristiano.
EL «BANCO DE AMOR» EN EL MATRIMONIO
Lamentablemente después de las bodas, muchas veces los maridos y mujeres piensan que ya no es tan importante hacer depósitos en el banco de amor ya que tienen su cónyuge «ya ganado.»
Comienzan a hacer críticas: «Tú has subido 2 kg.,» «Hace tiempo que no me compras flores,» etcétera.
Ella no piensa que sea tan importante arreglarse para ser bonita para él, y él no piensa que sea tan importante decirle que es bonita.
Con los muchos retiros el banco de amor se disminuye y a veces llega hasta el punto de bancarrota. Así, lamentablemente vemos a veces a parejas cristianas que son agrias, resentidas, sarcásticas y aunque no quieren divorciarse por lo que dice Mateo 19:9, no son muy felices y su hogar no es muy estable.
La solución es que el marido y la mujer sigan haciendo muchos depósitos y pocos retiros aun después del matrimonio. Que él siga hablando de sus buenos atributos, de sus ojos tan bonitos, de los buenos tamales que cocina (si es Centroamericana), etc. Que le regale flores y otros obsequios y tenga sumo cuidado con las críticas, asegurándose de que son muy pocas, dadas siempre con amor y solamente cuando sean muy necesarias. Que se esfuerce en amar de verdad a su esposa como Cristo ama la iglesia (Efesios 5:24,25).
Que ella siga alabando a su marido por ser el mejor carpintero del barrio (o lo que sea), los ojos más bonitos, el carácter mejor desarrollado, etc. Siempre trate de ser bonita para él tal como hizo cuando fueron novios.
Así, los bancos de amor del marido y su esposa pueden llenarse de amor y pueden tener un matrimonio que les lleva al borde del cielo. (Ilustración de Willard Harley)