UNA VISITA IMPORTANTE
Una parábola moderna
La carta en el buzón no tenía remitente, solamente apareció el nombre de Marta en el sobre. Al abrirla, Marta vio un mensaje que dijo, «Espero visitar tu casa hoy, Jesús.»
Temblando, Marta entró en su casa y se sentó a la mesa. ¿»Por qué el Señor quiere visitarme a mi? No soy tan especial y no tengo mucho para darle.»
Al fijarse en su cartera vio que tenía poco dinero, solamente cinco dólares y cuarenta centavos. Se dijo a si misma, «No es mucho, pero al menos puedo comprar unos fiambres y pan para prepararle un sándwich.»
Después de comprar el pan y fiambres, Marta volvió a su casa con solamente 12 centavos. No iba a recibir más dinero por tres días, pero al menos tenía algo para dar a Jesús.
Marta estaba tan preocupada con sus preparativos que no se dio cuenta que al lado de su casa habían un hombre y una mujer vestidos con andrajos. «Señora,» le dijo el hombre a Marta, «No tengo ningún trabajo y mi esposa y yo hemos tenido que vivir en las calles. Hace frío y queremos saber si quizás tiene algo de comer que pueda darnos.»
Marta se fijó en los dos. Estaban sucios y francamente malolientes. Marta pensaba que si ellos hubiesen querido, habrían conseguido algún trabajo.
«Lo siento,» les dijo Marta, «yo tampoco soy rica y aunque tengo aquí pan y unos fiambres, estoy esperando una visita muy importante hoy y pensaba dar esta comida a él.»
«Está bien,» le dijo el hombre. «Gracias de todos modos.»
Al retirarse el hombre y su esposa hacia el otro lado de la calle, Marta se sintió mal por ellos, «Esperen un momentito,» les dijo. «Tomen esto y voy a ver si encuentro alguna otra cosa para dar a mi visita.»
«Gracias,» le dijo la Señora, «muchas gracias.»
Marta notó que la Señora estaba tiritando de frío, «Una cosa más,» le dijo Marta a la Señora, «tome este abrigo. Tengo otro en casa.»
«Gracias,» le dijo la Señora, «usted es muy amable. Que Dios le bendiga.»
Marta volvió hacía su casa sin comida y sin abrigo. Por un lado, se sentía bien, pero por otro lado, ¿qué iba a dar a Jesús?
Antes de entrar en su casa, vio otro sobre en el buzón. «¡Qué raro!» pensó Marta, «el cartero normalmente viene una sola vez en el mismo día.» Sacó el sobre del buzón y adentro hubo una nota que dijo, «Le doy las gracias por la comida y también por el abrigo tan bonito, Jesús.»
APLICACIÓN
«De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mi lo hicisteis.» (Mateo 25:40)
Nunca estemos tan ocupados en nuestros estudios y actividades en las iglesias, que nos olvidemos de la religión práctica, la compasión y el servicio a los demás (Santiago 1:27). (Autor desconocido, dado por Bobbi Eccles)