«LA SEMILLA ES LA PALABRA»

«LA SEMILLA ES LA PALABRA»

 

No debemos tratar de atraer a la gente con otra cosa que no sea el evangelio

De «Creced» 8/92

Cuando cristianos se obsesionan por crecer en número, Satanás mete muchas tentaciones en su camino. A veces se oye a cristianos sinceros, los cuales se frustran porque la gente no tiene interés en la Palabra de Dios, sugerir formas para atraer la gente a las iglesias tales como las siguientes:

* fiestas
* clases de inglés, francés, español, etc.
* campamentos, etc.
* banquetes y comidas
* clases de arte
* Espectáculos (shows)

La idea es atraerles con las diversiones y atracciones mundanas para luego predicarles el evangelio. Aunque sean sinceros, los cristianos que así piensan ganar a sus amigos deben volver a estudiar otra vez la parábola del sembrador y recordar las palabras de Jesús, «la semilla es la palabra».

«Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree;…» (Rom. 1:16)

LA PARÁBOLA DEL SEMBRADOR

En Lucas 8 Jesús dio la parábola del sembrador, hablando de diferentes clases de personas y su reacción al evangelio. En la parábola, hay tres clases de personas que no responden al evangelio. Son representadas por la tierra de pedregales, la del camino y la de espinos.

En la parábola del sembrador, ¿cuál es la semilla que debe ser sembrada para producir plantas en buena tierra? Versículo 11 dice, «la semilla es la palabra de Dios».

La palabra de Dios debe ser la única atracción que ofrecemos como iglesias de Cristo. El evangelio «es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree» (Romanos 1:16). No nos pongamos descontentos con el evangelio. Para ganar almas, no sustituyamos otra cosa para él.

Cuando iglesias de Cristo insisten en sembrar otra semilla aparte del evangelio, la semilla de fiestas, clases especiales y otras diversiones, muchas veces se llenan de gente. Pero no se llenan de buena tierra, sino de tierra de pedregales, de espinos y del camino. Es decir, se llenan de personas que en verdad no tienen interés espiritual. Dios prefiere una iglesia pequeña de personas dedicadas a El y a Su palabra, que una iglesia grande la cual está llena de mala tierra, o sea, de personas con poco interés espiritual.

Evitemos hacer barato el evangelio, ofreciéndose como el pescador ofrece el anzuelo a los peces, cubierto de carnada. Recordemos: Cuando alguien sugiere que la iglesia gane almas a través de fiestas, «la semilla es la palabra». Si la iglesia quiere ganar almas con clases de arte, francés o inglés, recuerde, «la semilla es la palabra». Evitemos cualquier proyecto que se emplee una carnada como atracción principal. ¡»La semilla es la palabra»!

Que las iglesias de Cristo hagan todo lo posible para sembrar la semilla. La sembremos con cursos bíblicos, tratados, programas radiales, avisos en los periódicos, etc. Que los miembros ganen amigos y les hablen de Cristo. (Como individuos podemos tener actividades sociales para nuestros amigos. Pero, siempre hagamos una distinción clara entre nuestras actividades sociales y nuestros esfuerzos para evangelizar, para que los amigos no piensen que les estemos ofreciendo nuestra amistad como una carnada para meterles en la iglesia.) Que la atracción que ofrecen las iglesias de Cristo siempre sea el evangelio de la salvación por medio de Jesús. ¡Nunca sea otra cosa!

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