LA PLAYA PÚBLICA ¿LUGAR PARA EL CRISTIANO?

LA PLAYA PÚBLICA ¿LUGAR PARA EL CRISTIANO?

 

DOS PREGUNTAS:
(1) ¿La ropa que voy a llevar a la playa pública será ropa modesta que demuestra pudor? (I Tim. 2:8)
Quizás algunas preguntas nos ayuden a comprender mejor el punto.
* ¿Jesús estaría contento y cómodo con mi traje de baño?
* ¿Me sentiría cómodo hablando con Jesús al estar vestido en mi traje de baño?
* ¿Un vestido que cubre lo que cubre mi traje de baño, sería considerado como modesto?

Comentario: Francamente, no hay ningún traje de baño moderno que me dejaría contestar las preguntas dadas arriba en forma afirmativa.

Es un hecho innegable que el varón (al menos el normal) es estimulado al ver el cuerpo descubierto (aun parcialmente) de la mujer. Un hermano en Cristo me contó de cómo antes de ser cristiano, él y sus compañeros hablaron de ir a la piscina para ver «a las muchachas» con sus trajes de baño. Por supuesto, este hermano dejó esta práctica al llegar a ser cristiano..

Puesto que Dios quiere que se controle y que se ayude a controlar los deseos sexuales fuera del matrimonio, cada mujer cristiana debe analizar bien las prendas que pone, especialmente si está contemplando ir a lugares (como la playa pública) donde la costumbre es llevar poca ropa.
Aunque la mayor parte de las mujeres (con algunas excepciones) no son estimuladas en la misma forma del varón, el varón debe tener cuidado y no vestirse en una forma que distraiga de su dignidad como seguidor de Cristo.

(2) ¿En la playa habrán tentaciones a violar «el pacto con sus ojos»? Job hizo un pacto con sus ojos que no iba a mirar en una forma no sana a una virgen (31:1). Cada hombre cristiano debe hacer este pacto con sus ojos.

¿Ir a la playa pública, donde hay tan poca ropa en las mujeres, le va a ayudar al hombre cristiano a guardar este pacto con sus ojos? Creo que la contestación es obvia para todo cristiano honesto.
Es verdad que se puede ver toda clase de ropa desordenada aun en las calles y que no la podemos evitar completamente. Sin embargo, me parece no sabio ir donde uno sabe de antemano que la semidesnudez va a predominar.

Vivimos en una sociedad corrompida donde se ha abandonado los conceptos de dominio propio y pudor. El cristiano tiene que medir bien sus pasos para no descuidar estos principios divinos.

Aunque me encanta el mar, y seguiré visitando playas aisladas donde hay poca gente, voy a tener cuidado de no ir donde hay mucha gente semidesnuda.

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