¿El ayuno es una ley? ¿El ayuno trae bendiciones en sí?

¿El ayuno es una ley? ¿El ayuno trae bendiciones en sí?

Col. 2:20-23 Y EL AYUNO

De «Creced» 4/98

«Si habéis muerto con Cristo a los principios elementales del mundo, ¿por qué, como si aún vivierais en el mundo, os someteis a preceptos tales como: no manipules, no gustes, no toques (todos los cuales se refieren a cosas destinadas a perecer con el uso), según los preceptos y enseñanzas de los hombres. Tales cosas tienen a la verdad, la apariencia de sabiduría en la religión humana, en la humillación de si mismo y en el trato severo del cuerpo, pero carecen de valor alguno contra los apetitos de la carne.» (Biblia de las Américas)

En Colosenses 2:20-23 Pablo contradice a los maestros judaizantes quienes proclamaron que hubo grandes beneficios espirituales al privar el cuerpo de la comida y otras necesidades. De este texto podemos ver lo siguiente en cuanto al privar el cuerpo de alimento.

(1) En sí no tiene valor en la lucha en contra de la carne. No hace que la oración sea más eficaz.

(2) Según versículo 23 hay peligro que los que se obsesionan a esta clase de ascetismo se engañen con cosas que tienen «la apariencia de sabiduría en la religión humana, en la humillación de si mismo y en el trato severo del cuerpo».

Ciertos ascéticos en la historia (monjes, frailes, etc.) pensaron alcanzar un nivel más alto de espiritualidad al negarse la comida, el matrimonio, etc. pero según Pablo estaban equivocados.

¿PORQUE ENTONCES EXISTE MUCHO AYUNO EN LA BIBLIA?

La lista de personas cuyos ayunos están mencionados en las escrituras incluye personas de gran fe y amor: Moisés, Ana, David, Elías, Daniel, Ester, Esdras, Ana, los discípulos de Juan, Jesús, Pablo, Bernabé, etc. ¿Por qué tantas personas de fe ayunaron cuando Colosenses 2:23 dice que no hay beneficio en sí con el privar el cuerpo de alimentos?

La contestación es que no ayunaron para ganar algún benefició espiritual, sino como el resultado del haber entrado tanto en sus actividades espirituales que no les interesaban la comida. O sea, el ayuno no fue algo hecho con el propósito de conseguir a través del mismo alguna bendición, sino algo que ocurrió naturalmente como el resultado de ser entregado a otra actividad espiritual (la oración, el estudio, el luto, etc.)

Nunca leímos de una reunión en el Nuevo Testamento para ayunar pero sí leemos de personas que se reunieron para orar y en estas ocasiones hubo ayuno como un resultado del tiempo tomado para orar (Hechos 13:1-3). O sea, el ayuno en el Nuevo Testamento nunca fue un fin en si mismo, sino el resultado de entregarse a otra actividad espiritual.

LUCAS 5:34-35

Este texto ilustra el punto anterior en una forma muy clara. Jesús dijo: ¿»Podéis acaso hacer que los que están de bodas ayunen, entre tanto que el esposo está con ellos? Más vendrán días cuando el esposo les será quitado; entonces, en aquellos días ayunarán».

Jesús dijo que sus discípulos no iban a ayunar al estar El entre ellos, pero si iban a ayunar luego. Si hubiera habido algún beneficio espiritual en sí con el ayuno, ¿Jesús les hubiera negado este beneficio a sus discípulos al estar El sobre la tierra? Si el ayuno en sí, les hubiera ayudado a enfocarse mejor en la Biblia, si les hubiera hecho más fuertes espiritualmente, si hubiera hecho que sus oraciones fueran más eficaces, sus espíritus más fuertes frente a la tentación, etc. ¡no les habría negado estos beneficios espirituales al estar El sobre la tierra! Significa, entonces, que estos beneficios no se le atribuyen al ayuno.

Pero nótese que Jesús dijo que iban a ayunar después de su partida y este ayuno, no sería para conseguir a través del mismo, alguna bendición espiritual, sino como el resultado de su tristeza al estar ausente Jesús de ellos. O sea, su ayuno iba a ser un efecto y no una causa.

APLICACIÓN

Hoy en día debe haber ayuno como en el primer siglo, pero debe ser un efecto y no una causa. Es decir, no debemos imaginar que el ayuno es algo que debemos planear para recibir a través de él alguna bendición. Colosenses 2:20-23 dice que este concepto es erróneo. Pero sí debe ser el resultado de mucho tiempo dedicado a la oración, estudio y trabajo para el Señor. Sewell Hall dijo, «Nuestro problema no es una falta de ayuno en sí sino una falta de oración y meditación espiritual, cosas que por naturaleza resultan en el ayuno».

Debemos dedicarnos tanto a actividades espirituales que no nos interesa tomar tiempo para comer. Así ayunaremos como el resultado del servicio a Dios, y no con los conceptos erróneos, que muchas veces vienen del sectarismo, los cuales son condenados en Colosenses 2:20-23.

Donald Mackenzie en el libro, Dictionary of the Apostolic Church (Diccionario de la iglesia apostólica) dijo,
«Podemos concluir, entonces, que según el Nuevo Testamento, el ayuno no es mandado ni aun recomendado como una ayuda espiritual. La meta es la vida con el Cristo resucitado, la cual resulta no solamente en el rechazo de todas las acciones pecaminosas, sino también en el dominio propio en todo. Cuando el cristiano determina que el ayuno es una parte de este dominio propio, entonces es útil. Pero no se encuentra prueba en el Nuevo Testamento que el ayuno es necesariamente un elemento de este dominio propio. Cuando el ayuno es un efecto de una emoción completamente entregada a lo espiritual, cuando es practicado para ayudar a los pobres o soportado en forma involuntaria al cumplir uno con sus deberes cristianos, entonces es muy loable».
(Mucho material para este artículo fue tomado de una conferencia dada en Florida College por Sewell Hall en 1987.)

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