EL AGUIJÓN EN LA CARNE DE PABLO

EL AGUIJÓN EN LA CARNE DE PABLO

¿QUE FUE? Y ¿QUÉ PODEMOS APRENDER DE ÉL?

¿Cuál habría sido el aguijón de Pablo? Muchos comentaristas piensan que hubiera sido algún defecto físico como un problema con los ojos (Gal. 4:15; 6:11), un problema con el estómago, la malaria, dolores de cabeza o aun el ser tartamudo (I Cor. 2:1). Otros hablan de problemas espirituales como un genio fuerte, la preocupación por las iglesias (2 Cor. 11:28) o pesadillas que provinieron de sus días como perseguidor de la iglesia. Otras más señalan individuos que le daban problemas como Alejandro el calderero (II Tim. 4:14).
A fin de cuentas, no sabemos cuál fue el aguijón, solamente que era doloroso, había molestado a Pablo hace mucho tiempo y que no pudo quitarlo.
Quizás Dios no especificó cuál habría sido el aguijón de Pablo para que nosotros pudiéramos aplicar los principios espirituales revelados con respeto al aguijón a nuestros propios aguijones, los cuales quizás sean muy diferentes del de Pablo.

¿USTED TIENE UNO DE ESTOS AGUIJONES?

Muchos hermanos sufren defectos físicos siendo paralíticos, ciegos o sordos. Otros sufren de asma, diabetes, artritis, cáncer, problemas del corazón y otras enfermedades.
Otros más sufren de problemas emocionales Conozco a hermanos que han sido abusados sexualmente como niños, acusados injustamente por la ley o por sus hermanos. Muchos tienen las dificuldades de la timidez, problemas económicos o hijos con defectos físicos o mentales. Otros han perdido a sus cónyuges, hijos, padres y otros amados.
Y siempre hay problemas espirituales. Conozco a hermanos que quieren ser fieles cristianos, sin embargo tienen que luchar con impulsos homosexuales. Otros más se esfuerzan en superar genios fuertes, personalidades «raras» y otros desafíos espirituales.
Todos tenemos que enfrentarnos de vez en cuando con gente problemática: hermanos peleones, vecinos, compañeros de trabajo o de la escuela que son difíciles. Algunos tienen que tratar de vivir con cónyuges que no quieren saber nada de Dios o con hijos rebeldes.
¿Usted tiene un aguijón espiritual? ¿Cómo puede superarlo?

QUE HIZO PABLO CON SU AGUIJÓN

(1) No echó la culpa en Dios (vs.7). Dijo que el aguijón era «un mensajero de Satanás». Fue Satanás también que afligió a Job.
Es verdad que es Dios que deja que Satanás nos tiente si El sabe que podemos superar la prueba. También Dios deja que suframos las consecuencias de nuestras acciones, así disciplinándonos. No obstante, Satanás es fuente del pecado y toda maldición y toda bendición es de Dios (Santiago 1:17).
Hoy en día al sufrir con nuestros aguijones, no nos enojemos con Dios sino dediquemos nuestras vidas a luchar en contra a Satanás quien trae tanta miseria al mundo.
(2) Trabajó para quitarlo (vs. 8): Tres veces rogó a Dios a quitarlo.
Dios quiere que luchemos para quitar nuestros aguijones con trabajo, ayuda médica (si es problema físico) y oración. No quiere que nos rindamos y caigamos en el hoyo de la desilusión.
(3) Aceptó que iba a tener que vivir con él (vs.9). Nuestra sociedad no comprende que a veces es necesario aprender a vivir con dolores y problemas. Hemos sido enseñado por la propaganda de la televisión y la prensa que cada problema debe tener una solución fácil y sin consecuencia. Por ejemplo, si hay problemas matrimoniales, la «solución» moderna es el divorcio; si hay embarazo inconveniente la «solución» es el aborto; si hay falta de dinero, hay prestamos, etc.
La Biblia enseña, al contrario, que muchas veces tenemos que soportar el dolor y las pruebas y, ¡podemos tener vidas felices y significativas a pesar de ellos! Pablo aprendió esta lección y así debemos nosotros.
(4) Notó las bendiciones que provinieron de su aguijón (vs. 7,9,10). Pablo se dio cuenta que el aguijón le ayudó a no exaltarse desmedidamente y confiar más en Dios. Así es con muchos de nuestros aguijones. Si no fuera por ellos, confiaríamos más en nosotros mismos y en las cosas de este mundo y no en Dios.
(5) Se gozó en medio de las aflicciones (vs. 10). No es que Pablo era feliz por tener su aguijón, sino que se gozaba en medio de sus aflicciones sabiendo que por medio de ellas, iba a ser más fuerte, más humilde y así llegar a la gloria eterna con Dios.

CONCLUSIÓN

Si usted tiene un aguijón doloroso, ¡no se rinda frente a él! Siga estos principios divinos y entonces, a lo largo, su aguijón le puede ayudar a llegar al cielo. Y allí, después de 5 segundo, se olvidará de todo el dolor que ha tenido aquí en el mundo. (Adaptado de un artículo por Sewell Hall.)

MÁS APLICACIONES

1. No es pecado sufrir algún defecto doloroso.

2. Aunque uno ore con fe, muchas veces Dios no quita los aguijones.

3. No debemos (como lo hacen algunos) criticar a los que están sufriendo, acusándoles de no tener fe, sino ser compasivos con ellos. ¿Pablo tenía fe?

4. Muchas veces los cristianos sufren más de problemas después de ser cristianos que antes.

5. Las debilidades pueden ayudarnos a ser fuertes y llegar al cielo.

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