Cuando los intercambios se convierten en altercados
De «Creced» 10/07
Un buen hermano me escribió acerca de un esfuerzo para tener un intercambio acerca de algunos puntos controversiales que afectan a algunos hermanos.
Lamentablemente el debate que tendríamos anoche ni empezó, pero ni la oración inicial. Primero hubo un tremendo alboroto por escoger el tema: ellos querían estudiar primero un punto y nosotros otro. Pasamos una hora para escoger el primer tema. Luego había otro alboroto para escoger cuanto tiempo cada quien, se propuso 20 minutos por cada exponente, NO quisieron. Dijeron que ellos necesitaban 90 minutos, pasamos 2 horas y NADA. Puro gritos, pura niñerías, pura carnalidad.
Es bueno analizar amorosamente los puntos que a veces nos desafían (1 Tes. 5:21), pero si no tenemos cuidado, estos esfuerzos pueden degenerar en rencillas, altercados, discusiones inútiles, palabrerías vanas y contiendas sobre palabras. (1 Timoteo 1:4; 6:4,5; 2 Timoteo 2:16; 23, etc.) Muchas veces hay más daño espiritual y más almas perdidas debido a las actitudes carnales, los retos, los apodos despectivos y el orgullo en la controversia que a las interpretaciones equivocadas. ¿Cómo Cuando los intercambios se conviertan en altercados… podemos tener intercambios amorosos que nos educan y nos ayudan a conocer mejor la voluntad de Dios sin tener alborotos?
(1) Es mejor hacer acuerdos acerca de temas, el tiempo para cada discurso, etcétera en privado y antes de tiempo.
(2) Asegurémonos que los hermanos (o amigos) con quiénes queremos tener intercambios son sinceros, amorosos y caballeros y no peleones ni carnales. Un predicador pionero, J.D. Tant, dijo, “es difícil pelear con un zorrillo y salir oliendo a rosas.” Hay veces cuando es mejor hacer como Jesús y no responder a gente no sincera (Mateo 27:14),o sea, hay que evitar peleas con el zorrillo.
(3) Si nos damos cuenta que un intercambio está degenerando en un altercado, mejor dejarlo inmediatamente diciendo algo como, “vamos a estudiar esto luego cuando haya más paciencia y dominio propio.”
Los intercambios y debates pueden ser muy educativos, pero también pueden promover la carnalidad y el orgullo. Que Dios nos ayude.