El amor en contraste con la aceptación
De «Creced» junio, julio 2007
¡Dios ama a todos! “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda,
mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16)
El círculo de aceptación
Sin embargo, el decir que Dios ama a todos los hombres no significa que acepta a todos. Su círculo de aceptación y comunión es más exclusivo. El círculo de aceptación de Dios excluye a…
§ Los que no le conocen “Y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder…” (2 Tes.1:7-9)
§ Los que no creen en Jesús “Porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.” (Juan 8:24)
§ Los que niegan arrepentirse. “Si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.” (Lucas 13:3)
§ Aquellos que hayan nacido una sola vez. “ Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios… el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.” (Juan 3:3-5)
§ Los que no llevan fruto: “Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará.” (Juan 15:2)
§ Los inmorales. “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.” (1 Cor. 6:9.10)
§ Los que andan en tinieblas “Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad.” (1 Juan 1:5,6)
Es evidente de estos textos que el círculo de aceptación de Dios encierra solamente una pequeña parte de la población del mundo. Jesús lo afirmó al decir, “porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.” (Mateo 7:14)
Nuestros círculos
Debemos hacer nuestro círculo del amor tan grande como él de Dios. Tenemos que ir más allá de amar a nuestras familias y amigos y aprender a amar aun a nuestros enemigos.
“Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos… Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.” (Mateo 5:44,45, 48)
Al mismo tiempo tenemos que evitar el aprobar, tolerar o aceptar las actitudes o la conducta que Dios rechaza. El mundo, algunos hermanos y aun miembros de nuestras familias puedan acusarnos de ser nada amorosos si negamos aceptar sus acciones incorrectas. Quizás nos tilden de sentenciosos, intolerantes o estrechos, pero que así sea. Al imitar a Dios “como hijos amados” (Ef. 5:1), no podemos participar “en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas.” (Ef. 5:11)
Pero cuidado. Dios no quiere “la muerte del impío.” (Ezequiel 33:11) Mucho menos nosotros, como pecadores que hemos sido salvos por la gracia de Dios, debemos gozarnos al condenar o rehusar tener comunión con aquellos que siguen en el pecado. El amor que aprendemos de Dios, aunque niegue aceptar a los pecadores en su pecado, está dispuesto a hacer grandes sacrificios para extenderles la mano para tratar de salvarles. “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Romanos 5:8) “Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros.” (1 Juan 4:11)
Por Sewell Hall