¿COROS EN LAS IGLESIAS?

¿COROS EN LAS IGLESIAS?

Según Larousse un coro es, «conjunto de cantores que ejecutan una obra musical». ¿Es bíblico tener coros que ejecutan obras musicales en la adoración de la iglesia del Señor mientras otros cristianos escuchan su interpretación? Al enfrentar esta cuestión algunos contestan en forma tradicionalista diciendo, «nunca hemos tenido coros». Pero, el amor exige una contestación en base de principios bíblicos.

PRINCIPIOS PARA TENER EN MENTE
Creo que el uso de los coros para cantar himnos espirituales es peligroso, especialmente cuando tiene que ver con la adoración de las iglesias locales.

(A) La adoración no debe llegar a ser un concierto: Los santos se reúnen para edificarse y glorificar a Dios (Hechos 20:7,8) y no para ser entretenidos. Con los coros, el enfoque fácilmente deja de ser Dios y su grandeza, sino el coro y si se da una buena interpretación de la música. En poco tiempo llega a haber aplauso, no para Dios, (Quién no lo ha pedido) sino para los cantantes y así el enfoque correcto de la adoración está perdido.

(B) Los himnos y cánticos espirituales no deben ser para entretenimiento, sino para adoración. Cómo joven, yo cantaba en un coro. Aunque nunca cantamos en la adoración de ninguna iglesia, ciertas cosas que vi en aquel coro me hizo ver peligros.

Una vez, estábamos practicando un himno muy profundo acerca de la muerte de Cristo («Oh Sacred Head Now Wounded»), el cual tenía música algo complicada. Una de las muchachas que cantaba contralto se equivocó, y mis compañeros comenzaron a reírse a carcajadas de su error. Me di cuenta que no estaban cantando aquel himno tan profundo para adorar a Dios, pero al contrario para entretenerse. Mis compañeros fueron culpables de profanar aquel himno tan solemne.

Por supuesto el peligro de profanar himnos espirituales, al cantarlos por entretenimiento más que adoración, puede existir dondequiera que se canten himnos. No obstante, el peligro se aumenta donde se da mucho énfasis al aspecto técnico de la música, como suelen hacer en los coros.

A pesar de mi participación en un coro como joven (aunque nunca cantamos en reuniones de iglesias) no pienso poder recomendar tal práctica ahora. Mucho menos podría recomendarla si involucra la adoración de iglesias del Señor. ¡La música espiritual es para adorar a Dios y no para el entretenimiento!

(C) No hay indicación alguna que las iglesias primitivas tuvieran coros. No hay autoridad bíblica para ellos en las iglesias. Es una práctica que habría comenzado centenares de años después de Cristo. Francamente esta práctica viene de las sectas. Si vamos a «volver a lo básico» y «restaurar» las prácticas primitivas, tenemos que evitar el uso de coros en la adoración de las iglesias.
«A Dios, no le importa la belleza de nuestras voces… (sino), el amor de nuestro corazón al estar cantando».

CONTESTANDO PREGUNTAS
Hay algunas buenas preguntas en cuanto a los coros en las iglesias. Por ejemplo:

(1) Hubo coros en el templo (I Cron. 9:33; 15:16-27; II Cron. 5:20,21; 23:13-15). ¿No significa que es posible adorar a Dios con coros?
Aunque hubo conciertos musicales con instrumentos y coros en el Antiguo Testamento, no hay indicación de ninguna de ellas en el Nuevo. La adoración en el Nuevo siempre era humilde y personal y debemos estar contentos con ella hoy en día.

(2) Si se puede escuchar música grabada por hermanos talentosos, ¿por qué no se puede escucharles «en vivo» en la asamblea?
Una cosa es escuchar música grabada para aprender himnos y mejorar nuestro canto. Otra cosa es tener conciertos de coros en las asambleas de hermanos. Una cosa no justifica la otra.

(3) Si se puede adorar cantando con un grupo de hermanos en el hogar o en una escuela, ¿por qué no se puede hacerlo en el local de la iglesia?
No creo que es malo que grupos de hermanos se reúnan para practicar los himnos. ¡Es bueno! Pero deben evitar el peligro de convertir los himnos en una fuente de entretenimiento en vez de adoración (punto B arriba). No es lo mismo practicar himnos un grupo de hermanos en algún hogar y el dar un concierto en la asamblea de los hermanos (puntos A y C).

CONCLUSIÓN
A Dios, no le importa la belleza de nuestras voces. Si El quiere música bella, tiene millares de ángeles que son capaces de dar música más allá de nuestra comprensión. Lo que a Dios le interesa es el amor de nuestro corazón al estar cantando. Estoy seguro que algunos hermanos que he conocido con voces muy atonales y disonantes cantan en forma muy bella a los ojos de Dios porque cantan con amor y entusiasmo. No digamos a estos hermanos que cantan bien a los ojos de Dios que se callen para que escuchemos a otros que canten bien a nuestros oídos. Al adorar, ¡Cantemos todos, lo mejor que podemos, al Señor que nos ha salvado!

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