EL PELIGRO DE LOS DÓLARES EN LA OBRA EN OTROS PAÍSES

EL PELIGRO DE LOS DÓLARES EN LA OBRA EN OTROS PAÍSES

(Lo siguiente es traducción de un artículo en la revista, “World Radio News” (Noticias de radio mundial) del año 1994. Tiene que ver con las preocupaciones acerca de malas tácticas en el evangelismo en Europa occidental, especialmente con respecto al uso no sabio de los dólares norteamericanos. No queremos decir al publicarlo que siempre es malo sostener a predicadores en otros países o ayudar a hermanos económicamente en otras formas con tal que sea hecho con sumo cuidado. Pero sí, ha habido muchos abusos. Creo que es bueno que hermanos en otros países se den cuenta de nuestra preocupación al observarlos.)

Hace años que los misioneros en Asia nos han advertido del peligro de hacer “cristianos de arroz” los cuáles anhelan las bendiciones físicas, sin comprender lo que Dios ha prometido. A pesar de las súplicas urgentes de misioneros que tienen años de experiencia, se repiten los mismos errores con frecuencia alarmante en Europa oriental. Obreros norteamericanos con buenas intenciones van armados con bolsillos llenos de dinero e involuntariamente dejan la impresión que el llegar a ser cristiano es una vía para ganar beneficios físicos.

  1. Los obreros norteamericanos “a corto plazo” enseñan y bautizan a unas docenas de personas y entonces se van. Otro grupo llega y enseña a otros más. Finalmente, alguien decide que puede dar la estabilidad al grupo al contratar a uno de los convertidos que tiene talento y que desea ser obrero a tiempo completo. Parece ser una buena solución porque “¿quién mejor para ser líder del grupo que uno de los suyos?” ¡Pero no es tan sencillo! Aunque la cantidad de dinero necesario para sostener al joven convertido parezca ser inconsecuente al norteamericano, casi siempre es más de lo que ganaría un individuo con su doctorado en su país. A veces llega a ganar hasta 10 ó 15 veces más de lo que podrían ganar los profesionales en su país de máxima capacidad de generar ganancias. Así llegamos a ver a un obrero que se tiene por asalariado (o, mercenario) por su pueblo. Esta táctica atrae a los peores charlatanes los cuales tratan de colarse en posiciones de liderazgo.
  2. En estos casos, el grupo local de cristianos nunca ha tenido la oportunidad para elegir y desarrollar a sus propios líderes tal como enseña el Nuevo Testamento. Se les imponen “líderes” desde afuera. Peor aún, los predicadores y obreros que reciben sueldo de iglesias y de individuos norteamericanos no son responsables al grupo local. Una y otra vez este tipo de arreglo ha sido fatal para el desarrollo y el crecimiento de una congregación fuerte compuesta de cristianos fieles.
  3. El traer a jóvenes cristianos a los Estados Unidos para entrenarlos ha resultado ser devastador también o quizás aun peor. Por supuesto, tenemos compasión de ellos, pero es casi seguro que el traerlos a los Estados Unidos va a suprimir la obra en sus países natales.
  4. No es buena administración.
  5. Según estadísticas, solamente algunos diez porciento regresarán a sus países para trabajar en la obra.
  6. Aquellos que regresan, lo harán con sueldos norteamericanos y no serán obreros autóctonos. Su eficacia se verá comprometida porque su gente les tendrá por oportunistas.
  7. Muchas veces los que se entrenan en este país no son líderes naturales que habrían sido elegidos por el grupo local. Entonces una vez más se le quita la iniciativa del grupo local y porque tenemos dinero, les imponemos “líderes” desde afuera.
  8. Estos hombres aprenden acerca de todos los problemas en los Estados Unidos y los exportan de regreso a sus propios países. Ellos tienen sus propios problemas para resolver. El patrón bíblico es que las congregaciones elijan sus propios líderes desde adentro de la congregación. No nos engañemos. No hay atajos para establecer congregaciones estables, fieles y crecientes.

(El autor termina hablando de la importancia de educarse antes de viajar a otros países para predicar.)

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