EL EVANGELIO LLEGA A PUKUMA, ZAMBIA

EL EVANGELIO LLEGA A PUKUMA, ZAMBIA

De Creced 2/05

El pueblo de Pukuma, Zambia en África se encuentra en el valle del río Zambezi. En la primera parte del siglo pasado, Cristo era desconocido en Pukuma y los habitantes creían en varias supersticiones africanas.

Los primeros visitantes de la raza blanca llegaron a la aldea alrededor del año 1945. Fueron dos evangelistas fieles, Foy Short y Eldred Echols. Al principio, los habitantes tenían miedo de ellos ya que nunca habían visto a hombres con piel blanca, pero poco a poco comenzaron a acercarse a su campamento afuera del pueblo. Algunos pocos de los valerosos entre ellos se acercaron bastante para tocar la ropa y la piel blanca de sus visitantes.

Después de haber ganado la confianza de los naturales, Echols y Short volvieron a visitarles una segunda vez y en esa ocasión pidieron una reunión con los ancianos para hablarles de Dios. Ya hablaban una lengua parecida a la de ellos. Uno de los ancianos les dijo, “nosotros también creemos en un Dios que creó el mundo, pero no sabemos adorarle, ni siquiera si quiere que le adoremos.” Explicó que ofrecían sacrificios a sus antepasados esperando que ellos intercedieran a su favor frente a Dios. Los evangelistas preguntaron a los ancianos si no les parecía razonable que este Dios trataría de comunicarse con su pueblo para prepararles a encontrarle. “Sí,” contestó uno de ellos, “nos parece razonable, pero no tenemos conocimiento que así ha hecho.” Entonces los predicadores les mostraron una Biblia y dijeron, “este libro es la palabra de Dios para su pueblo.” Uno de los ancianos lo pensó un rato y entonces preguntó, “¿Dios mismo le entregó este libro a usted?”

Los hermanos Short y Echols quedaron tres días en su campamento cerca del pueblo hablando con los habitantes del mensaje del libro, de Jesucristo y de su amor, pero las mujeres en particular resistieron el mensaje.

Fondo de esta historia
Esta historia fue sacada del libro “Wings of the Morning” [Las alas de la mañana] escrito por el hermano Eldred Echols. El hermano Foy Short es un amigo personal que todavía vive cerca de Nashville, Tennessee. Predicó casi toda su vida en el país de Zimbabwe en la parte sureña de África. Ahora está haciendo una concordancia de la Biblia en la lengua Ndebeli. Según un sitio en el internet, Pukuma tiene hoy un poco más de 1000 habitantes. [http://www.fallingrain.com/world/
ZA/5/Pukuma.html)

El tercer día de su visita hubo una asamblea de noche con todo el pueblo. Según el hermano Echols, las constelaciones y las estrellas brillaban entre las aberturas en los árboles y se oían a la distancia los aullidos de los chacales y las hienas. Los hermanos Short y Echols dieron un mensaje evangelístico. Cuando terminaron hubo un largo rato de silencio. Entonces el anciano principal comenzó a hablar. Con voz firme pero calmada dio sus razones por creer en el Dios que les había dado el libro (la Biblia) y las enseñanzas tan prácticas en él. Obviamente este Dios había bendecido a Short y Echols y el mensaje de ellos le parecía razonable. Al terminar su discurso dijo, “me pongo de pie,” y se puso de pie para demostrar que iba a creer en Cristo. Al decir el anciano, “me pongo de pie,” los que escuchaban fueron conmovidos emocionalmente y algunos de ellos comenzaron a temblar. Entonces, después de otro rato, otro hombre se puso de pie con el anciano, luego otro hombre y otro más hasta que un grupo muy grande estaba de pie confesando su fe en Cristo. Los ángeles en el cielo se gozaron aquella noche por lo que estaba sucediendo en un pequeño pueblo, lejos de la civilización, en medio de las selvas de Africa.

Los hermanos norteamericanoss volvieron a Pukuma después de algunos años y encontraron allí a varios que habían quedado fieles a su confesión de fe y su bautismo. La mayor parte de los fieles eran las mujeres que al principio habían resistido el mensaje de Cristo.

Aplicaciones

(1) Dios acepta a la gente que se le acerca tales como son. Aunque
los africanos de esta pequeña historia no podían leer y no habrían entendido
muchos puntos bíblicos, se dieron cuenta que existe un Dios y que envió a su hijo para morir por ellos. Al creer y ser bautizados, Dios les aceptó, tal como eran. (Marcos 16:16; Hechos 2:38)

(2) Nuestra salvación se basa en la misericordia de Dios. Aunque los habitantes de
Pukuma jamás podrían haber entendido algunos puntos, su salvación les ha sido dada por medio de la misericordia de Dios. Así es con nosotros. Aunque somos un poco más educados que ellos, al menos con respecto a la educación formal, hay principios que jamás comprenderemos como seres humanos. Sin embargo, al estar en Cristo y al estar creciendo en El, Dios extiende Su misericordia a nosotros como la ha extendido a ellos.

(3) La salvación viene al aceptar el mensaje de Dios y no por juntarse con algun a alianza de congregaciones. Los habitantes de Pukuma nunca habían oído de iglesias de Cristo en los Estados Unidos, Latinoamérica, ni en ninguna parte. No pensaron estar juntándose con la asociación que algunos tienen como “la iglesia verdadera,” sino solamente querían seguir al Dios que les había traído aquel libro maravilloso. Así fueron añadidos a la verdadera iglesia. (Hechos 2:47).

Si todavía hay cristianos en Pukuma, Dios les guarde de alguna “Asociación de la Iglesia de Cristo de Zambia,” de una reunión oficial de “la Iglesia de Cristo de Zambia” y otras muestras del sectarismo. Que sigan sirviendo a Dios allí en su hogar en la selva y algún día les veremos frente al Dios que les llevó el libro por medio de dos hermanos fieles. Que nosotros le sirvamos a Dios así, sin identificarnos con asociaciones, reuniones “oficiales” y otras manifestaciones del sectarismo.

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