Suavizando la cara de Dios

Suavizando la cara de Dios

Pensando en la oración

Al ver el rey Jeroboam que su mano se había secado después de extenderla para acusar al profeta de Dios, le dijo a éste, «te pido que ruegues ante la presencia de Jehová tu Dios y ores por mi para que mi mano sea restaurada» (I Reyes 13:6). Al pedir el rogativo del profeta, el rey Jeroboam empleó una palabra hebraica (PIEL) que significa literalmente «acariciar o suavizar la cara» (Biblia de las Américas, Gesenius, página 279). O sea, Jeroboam quería que el profeta, «suavizara la cara de Dios» por él. La palabra se encuentra en este mismo sentido en Éxodo 32:11; II Reyes 13:4 y Daniel 9:13.

ILUSTRACIÓN

Es muy importante el contacto físico entre los padres y los hijos. Los niños que se crían sin abrazos y caricias muchas veces tienen problemas emocionales. A los hijos muchas veces les gusta sentarse con sus padres y tocarles la cara. Se ríen mucho cuando los pelos de la barba les dan cosquillas. Son momentos preciosos ya que hacen más fuertes los lazos entre padre e hijos. La única vez que no me gusta que mis hijas toquen la cara es cuando se han ensuciado las manos con barro, la miel o alguna otra cosa pegajosa. En tales ocasiones les pido que se laven antes de tocarme.

APLICACIÓN

Dios quiere que sus hijos le amen y que por lo tanto extiendan las manos para tocar su cara a través de la oración. La comunicación entre nosotros y Dios hace más fuerte los lazos en la familia espiritual porque al orar, estamos «suavizando la cara» de Dios.. El que no extiende la mano para «suavizar la cara de Dios» a través de la oración, no puede tener una relación íntima con El y por lo tanto no puede gozarse de las bendiciones de ser Su hijo.

Sin embargo, si estamos contaminados con el pecado, no somos dignos de «suavizar la cara de Dios». Primero es necesario que nos lavemos a través del arrepentimiento, y entonces Dios acepta que le toquemos la cara con la oración.

Cuando yo veo a hermanos que buscan pretexto para no asistir a las reuniones, o evitar el servir a Dios en alguna otra forma, me da tristeza porque obviamente tienen una relación íntima con El. No suavizan la cara de Dios. ¡NO ORAN! Si tomaran el tiempo para llegar a conocer a Dios de verdad a través del estudio y la oración, no buscarían excusas para justificar sus debilidades.

¿Usted tiene un tiempo todos los días para orar y así «suavizar la cara de Dios»?
(Artículo tomado de un punto hecho en un sermón del hermano Tom Holley, de Mendoza, Argentina.)

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