LOS CRISTIANOS Y LOS PSICÓLOGOS

LOS CRISTIANOS Y LOS PSICÓLOGOS

¿Es pecado que los cristianos busquen ayuda de los psicólogos o psiquiatras? Por supuesto, la Biblia no dice en forma directa – “es pecado” o, “no es pecado” y, por tanto, tenemos que usar nuestro juicio en base de principios bíblicos.

Creo que hay dos extremos frente a esta cuestión: (1) El decir que siempre es pecado hacerlo y (2) El buscar este tipo de ayuda antes de que sea necesario y hacerlo sin discreción, muchas veces de personas que no creen en Dios.

En este país y creo que así es en casi todos – los psicólogos clínicos o terapistas tratan la depresión y otros males emocionales con varios tipos de terapia llevados a cabo por la conversación. Los psiquiatras son médicos que han llegado a especializarse en problemas mentales y emocionales. Una gran diferencia entre los dos es que los psiquiatras son autorizados a recetar drogas para varios tipos de malestar emocional. Los psicólogos clínicos y otros terapistas no tienen esta autorización.

No es malo en sí buscar a médicos. Jesús dijo, “No son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos” (Marcos 2:17). Jesús habría tenido en mente más que nada el buscar médicos para las enfermedades del cuerpo. Los psicólogos y psiquiatras, por supuesto, tratan las enfermedades de la mente las cuales muchas veces están ligadas con el espíritu del hombre y allí está el peligro. Muchos tipos de terapia hacen más daño al espíritu que bien. Por ejemplo, varias terapias son llamadas terapias humanistas. Como indica su nombre, los que dan este tipo de terapia han sido influenciadas por los que no creen en Dios. Algunos terapistas le dirán – “Su problema es su religión. Deje su religión.” Por supuesto, los cristianos deben evitar este tipo de terapia. Deben tomar en cuenta textos como el Salmo 1 – “Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos.”

Otros tipos de terapia refuerzan el concepto del hombre como víctima. “Tú eres víctima de todos los que te han hecho mal.”  Así, en vez de verse el cristiano como triunfante en Cristo a pesar de las pruebas de la vida, comienza a verse como víctima de las circunstancias de la vida. Otros más hacen que el hombre se enrede en sí mismo y en sus problemas, olvidando que el remedio para muchos de nuestros problemas es pensar en otros y en servir a otros.

Por esta razón hay que tener sumo cuidado al acudir a los psicólogos clínicos y a los terapistas. ¿Quién sabe qué tipo de terapia van a emplear?  Es que hay un montón de terapias y siempre hay discusiones entre los psicólogos en cuanto a cuáles realmente ayudan a individuos con diferentes tipos de problemas. Por lo general, estamos hablando de teoría y no de ciencia.

Quizás algunos tipos de terapia puedan ayudar, no lo niego, pero el cristiano debe tener sumo cuidado. Antes de buscar a cualquier tipo de terapista, especialmente para los niños y jóvenes, yo preguntaría qué tipo de terapia piensan usar y francamente si el terapista cree en Dios. Hay terapistas cristianos y evangélicos, y si uno piensa que es esencial buscar este tipo de ayuda, sería mejor buscar a uno de ellos, pero es importante tener cuidado aun con ellos.

Hay ciertos tipos de enfermedades mentales que sin lugar a dudas requieren la ayuda profesional, mayormente las que tienen que ver con el perder el contacto con la realidad, o sea, la psicosis. Según Francisco Céspedes, la psicosis se indica cuando la persona “ tiene delirios e ideas falsas sobre los acontecimientos que está viviendo y sobre su identidad.” Agrega que la psicosis “hace que el enfermo sufra alucinaciones que van a hacer que vea o escuche cosas que no existen.”

 

Hay varias enfermedades mentales que pueden producir la psicosis – en particular la esquizofrenia y el trastorno bipolar. Lo bueno es que hay muchas nuevas drogas que puedan ayudar con estas enfermedades.

Pero algunos responden, “¿no vienen estos males del pecado? ¿La solución no es el arrepentimiento y no las drogas?” Tres puntos para responder:

  1. En términos generales, todos los males, incluso la depresión y trastornos mentales, vienen del pecado en general. Han acompañado a los seres humanos desde el primer pecado.
  2. Es cierto que muchas veces la depresión en la gente, sí, viene de algún pecado en particular. Cuando nos negamos a confesar el pecado, nuestros cuerpos responden mal. Sufrimos. El texto bíblico que más claramente nos enseña esto es el Salmo 32. Versículos 4 y 5 dicen,

Mientras callé mi pecado, mi cuerpo se consumió, con mi gemir durante todo el día. Porque día y noche Tu mano pesaba sobre mí; Mi vitalidad se desvanecía con el calor del verano. 

  1. Aun así, hay algunos trastornos mentales que no tienen nada que ver con algún pecado en particular del individuo. Conozco a buenos individuos que buscan a Dios que tienen problemas con la psicosis. El acusarles del pecado solamente porque sufren así es ser como los amigos de Job. ¡No queremos ser como los amigos de Job con los que sufren!

Puedo hablar personalmente de esto. Al sufrir del COVID-19 hace algunas semanas, pasé casi un día entero bastante deprimido. No es que yo hubiera pecado de alguna forma en particular para sentirme así. Era mi cuerpo. La enfermedad había afectado mis hormonas, las químicas en mi cuerpo. Pensé, “si así puede pasar conmigo de forma temporal debido a enfermedades como el COVID-19, así también puede pasar de forma más permanente a otros.”

En resumen – ¿El cristiano debe buscar ayuda de los psicólogos, los psiquiatras y otros terapistas profesionales? Doy mi juicio y es que todo depende de la circunstancia:

  1. ¿Para la depresión común, como la que sufrimos todos nosotros de vez en cuando? – No. Busquemos refugio en la palabra, en la oración, en el servicio a otros y en otros remedios.
  2. ¿Para la depresión severa, cuando uno ya no puede funcionar en nada durante largas etapas de su vida? Quizás, pero con mucho cuidado, averiguando cuidadosamente de antemano si el terapista respeta a Dios y sus principios y si piensa usar la terapia antibíblica.
  3. ¿Para los que sufren de la psicosis, los que pierden contacto con la realidad? ¡Absolutamente! Es esencial que reciban ayuda y sí Dios nos ha dado la inteligencia para descubrir algunas drogas que ayudan a individuos con este tipo de trastorno químico que ha afectado su mente, que las usemos.

Que Dios nos dé sabiduría a través de su palabra y el consejo de cristianos que han sido dirigidos por su palabra, frente a este tipo de cuestión difícil.

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