¿Podemos hacer una lista de las leyes de Dios? 613 Preceptos
De «Creced» 3/20/01
Hace siglos que los judíos han organizado el Antiguo Testamento en una lista de 613 preceptos («mitzvos») la cual está dividida en turno en 365 prohibiciones y 248 obligaciones. Si usted lee inglés y tiene acceso al internet, puede leer la lista en forma abreviada en la siguiente página del internet <www.jewfaq.org/613.htm>.
Cuando uno comienza a tener su religión mayormente como asunto de seguir una lista de reglas, varios problemas siempre surgen.
* Dios no nos dió ni el Antiguo Pacto ni el Nuevo Testamento en la forma de una lista y por tanto es presuntuoso tratar de organizarlos así.
* Al organizar listas de doctrinas «esenciales,» el hombre siempre infunde sus propias interpretaciones y prejuicios en la lista, formando así un credo de origen humano.
* Casi siempre cuando el hombre comienza a tener su religión mayormente como asunto de seguir listas de reglas, preguntas y posiciones oficiales, deja de ser amoroso para con Dios y su prójimo. Pasa poco tiempo predicando el evangelio a los perdidos o ayudando a los necesitados, porque esta labor no le llama la atención. Se convierte en un fariseo frío y estéril que pasa la mayor parte de su tiempo disputando con otros acerca de cuáles deben ser las interpretaciones oficiales del grupo. Fue el error de los fariseos que Jesús condenó. Se preocupaban mucho por diezmar pequeñas especias aromáticas y pasaron completamente por alto la justicia, la misericordia y la fidelidad (Mateo 23:23).
Por supuesto, el seguir a Dios significa el seguir Sus leyes (Mateo 7:21) pero antes de todo el verdadero cristiano procura amar a Dios y a su prójimo. El seguir los principios divinos es el resultado del amor y no un fin en si mismo. El fariseo pasa por alto el amor para con Dios y el prójimo y suele fijarse mayormente en su «lista» de doctrinas importantes.
NUESTROS HIJOS
Si un hijo se preocupa solamente por reglas en cuanto a la limpieza de la casa, tareas de la escuela, pero a la vez es frío, egoísta y pelea mucho con sus hermanos, no le vemos como buen hijo. Aunque por supuesto queremos que nuestros hijos nos obedezcan, que lo hagan con mucho cariño, amor y humildad.
Por supuesto, el seguir a Dios significa el seguir Sus leyes (Mateo 7:21) pero antes de todo el verdadero cristiano procura amar a Dios y a su prójimo. El seguir los principios divinos es el resultado del amor y no un fin en si mismo. El fariseo pasa por alto el amor para con Dios y el prójimo y suele fijarse mayormente en su «lista» de doctrinas importantes.
CUIDADO HOY EN DIA
Como consecuencia del desarrollo de conceptos sectarios acerca de la iglesia de Cristo, se ven más y más hermanos que parecen tener el concepto de alguna lista semi oficial de interpretaciones «Iglesia de Cristo» la cual es necesario seguir para ser de «la iglesia.» Estos «credos no escritos» se forman más donde hay el concepto de «escuela oficial de predicadores,» personería jurídica nacional, «líderes» al nivel nacional o regional, revistas oficiales y otras muestras del sectarismo.
No caigamos en esa trampa. Demos prioridad sobre todo al amor de Dios, la justicia, la misericordia y la fidelidad y no veamos la ley de Dios como algo que pueda ser organizada en una lista oficial o semioficial de preguntas, mandamientos o doctrinas «importantes.» No nos identifiquemos con alguna alianza de iglesias controlada por las maniobras de «líderes» y escuelas, sino que nos identifiquemos solamente con Cristo.