LAS CONSPIRACIONES POLÍTICAS
¿Cómo nos aconseja Dios a responder a ellas?
Abundan hoy las conspiraciones políticas no solamente en este país, los Estados Unidos, sino en todo el mundo. Los cristianos muchas veces se dejan enredar en las disputas acerca de ellas y ven a los “del otro partido político” como el enemigo.
Es importante reconocer que las conspiraciones políticas no son nada nuevo. Abundaron hace 2,700 años en el tiempo de Isaías el profeta, al luchar varias naciones y grupos políticos para ganar la prominencia.
Las declaraciones de Dios en cuanto a las conspiraciones en el tiempo de Isaías tienen una aplicación especial hoy:
Pues así me habló el Señor con gran poder y me instruyó para que no anduviera en el camino de este pueblo, diciendo:
No digáis: “Es conspiración,” a todo lo que este pueblo llama conspiración, ni temáis lo que ellos temen, ni os aterroricéis.
Al Señor de los ejércitos es a quien debéis tener por santo. Sea Él vuestro temor, y sea Él vuestro terror (Isaías 8:11-13).
Cuando todo el mundo alrededor de nosotros está indignado por los abusos políticos, Dios nos dice que no compartamos la histeria acerca de conspiraciones. Al contrario, debemos temer solamente al Señor.
Pero en medio de toda la confusión política y el malestar social en el tiempo de Isaías, había esperanza.
El pueblo que andaba en tinieblas ha visto gran luz; a los que habitaban en tierra de sombra de muerte, la luz ha resplandecido sobre ellos (Isaías 9:2).
Versículos 6 y 7 del capítulo 9 –
Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
El aumento de su soberanía y de la paz no tendrán fin sobre el trono de David y sobre su reino, para afianzarlo y sostenerlo con el derecho y la justicia desde entonces y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos hará esto.
En vez de enfocarnos en las tinieblas de las conspiraciones políticas y el malestar social en nuestros países, fijémonos en la gran luz que Dios ha enviado. Que nos enfoquemos en el hijo que ha nacido y en su reino que nos da esperanza en medio de las tinieblas. Las conspiraciones políticas van y vienen. El reino de Cristo permanece para siempre. (idea de Ben Hall)