¿Dramatizaciones en la iglesia?
De «Creced» 5/2002
Pregunta de Ecuador: En una ocasión asistí a una iglesia local donde hicieron una dramatización, es decir varios hermanos se disfrazaban e imitaban a personajes bíblicos, en este caso la vida de Abraham…¿Se puede justificar una dramatización tomando como ejemplo las parábolas dichas por Jesús?
Comentario: Su pregunta es importante, pero un poco difícil para contestar porque trata de una práctica que quizás no sea pecaminosa en si, sin embargo lleva muchas posibilidades de abuso.
ILUSTRACIONES BÍBLICAS
Es verdad que es bíblico «ilustrar» verdades bíblicas, a veces en forma dramática. Los profetas emplearon varios objetos y dramatizaciones para presentar sus mensajes (véase Jeremías 13, 19, 27, etc. Ezequiel 24, etc.). Aun en el Nuevo Testamento el profeta, Agabo, se ató con la cinta de Pablo, una forma muy dramática para presentar la revelación que tuvo (Hechos 21:11).
PELIGROS
Sin embargo, hay ciertos peligros que muchos no toman en cuenta con sus «dramatizaciones.»
(1) La ilustración o dramatización no debe llamar más la atención, que la verdad que propone ilustrar. No debe ser usada para como una carnada para atraer a la gente en sí. Lo que atrae debe ser solamente la palabra de Dios (Romanos 1:16).
En este país algunos negocios emplean lo que llamamos en ingles, «gimmicks,» o sea, «trucos publicitarios,» para que la gente llegue al negocio con la esperanza que al estar presente para el truco publicitario, compren lo que venda el negocio.
Las iglesias del Señor ofrecen solamente la palabra de Dios para ganar almas. Si al enseñar la palabra y dar énfasis a ella, el enseñador piensa emplear alguna ilustración o dramatización para que los oyentes entiendan mejor la verdad, no creo que sea malo en si con tal que use de buen gusto. Pero si una iglesia trata de atraer a la gente que normalmente no tendría interés en la palabra de Dios, por medio de la dramatización, entonces están usando de «trucos publicitarios.» Por ejemplo, si reparten propaganda diciendo algo como , «Venga la gran dramatización acerca de la vida de Abraham…Fulano hará el papel de Abraham, Zutana el de Sara,» etc., entonces lo que usan para invitar la gente no es la palabra de Dios, sino es «la dramatización. Es recurrir a los «trucos publicitarios.»
(2) No creo que conviene representar a personajes bíblicos en estos dramas, especialmente a Jesucristo. Jesucristo es tan Santo y Poderoso y mas allá de nuestra comprensión que sería como una blasfemia tratar de representarle con algún actor. Aunque quizás no sea tan fuera de orden representar a otros personajes como Pablo, Pedro, Moisés, María, etc., aun así a mi juicio, no conviene. Es mejor no estar distraído de lo que dice la Biblia acerca de ellos al pensar en las dramatizaciones de los hombres.
Mi conclusión personal: Si un grupo de cristianos tiene cuidado para evitar estos dos peligros, quizás no sea malo en si que hayan dramatizaciones en clases bíblicas o en reuniones informales. Por ejemplo, he visto algunas dramatizaciones en estudios bíblicos para jóvenes las cuales han ilustrado en forma muy viva y de buen gusto los desafíos que estos tienen al tratar con sus compañeros y las tentaciones de la vida. Al presentar estos dramas, no han demostrado una falta de reverencia ni han usado los dramas para tratar de ganar a gente que no sea de buena tierra, sino han ilustrado algunos desafíos espirituales de jóvenes cristianos y cómo enfrentarlos.
Pero, si hay peligro de una falta de reverencia, o peligro de malos entendidos, mejor usar ilustraciones sencillas que no provoquen problemas.