¿CUAL ES LA DIFERENCIA ENTRE LA DISCIPLINA Y LA INSTRUCCIÓN DEL SEÑOR ?

¿CUAL ES LA DIFERENCIA ENTRE LA DISCIPLINA Y LA INSTRUCCIÓN DEL SEÑOR ?

La una sin la otra es insuficiente.

vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor” (Ef. 6:4).

Pero, ¿cuál es la diferencia entre la disciplina del Señor y la instrucción o “la amonestación” (RVR-60) del Señor?

(1)  La palabra disciplina enfatiza el entrenamiento, incluso el castigo.

(2) La palabra amonestación tiene que ver con la “instrucción de palabra.”

La disciplina, o sea, el entrenamiento, tiene que ver más que nada con el promover las acciones correctas. La instrucción tiene que ver con el promover los motivos correctos.

Se puede disciplinar y entrenar a los animales – Si damos ciertos premios a los perros (golosinas para ellos) ellos pueden hacer trucos y obedecer ciertas órdenes. Pero no se puede enseñar la literatura a un perro o ayudarlo a apreciar la música.

Los dos elementos son esenciales para criar bien a nuestros hijos. ¡El uno sin el otro es insuficiente! Tenemos que (1) entrenarlos a ser corteses y a obedecernos. Se requiere el uso de los premios y el castigo. Pero también es esencial (2) ayudarlos a encontrar a Dios en la Biblia. Requiere tiempo enseñarles a apreciar las escrituras.

Algunos padres son buenos para disciplinar a sus hijos. Los castigan cuando hacen mal, los entrenan a ser corteses, a limpiar sus cuartos etcétera. ¡Pero no los instruyen! No les enseñan la palabra de Dios para que aprendan los motivos correctos detrás de la cortesía, el servicio, etc. Otros padres enseñan la Biblia a sus hijos, pero no los corrigen cuando están mal ni exigen el buen comportamiento de ellos.

Padres, ¿ustedes se dedican mejor a uno de estos dos elementos que al otro? ¿Disciplina bien pero instruye mal? O, ¿instruye bien pero disciplina mal?  Si se da cuenta de que está descuidando uno de estos elementos más que el otro, es esencial reforzar sus esfuerzos para atender al elemento que más haya descuidado. Criemos a nuestros hijos en los dos: (1) la disciplina y (2) la instrucción del Señor.

 

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