NO ME GUSTA LA RELIGIÓN ORGANIZADA
De «Creced» 606
Oímos estas palabras a menudo al invitar a nuestros amigos a visitar nuestras reuniones. Simpatizo con ellos hasta cierto punto.
Errores cometidos en el nombre de “la religión organizada”
La religión organizada ha producido muchos males en nuestro mundo tales como:
* Guerras y cruzadas militares.
* Ordenes dadas por burócratas desde sus oficinas en las sedes centrales.
* Proclamaciones de naturaleza política.
* Abusos financieros: cierto porcentaje del sueldo exigido para ofrendas, presión para dar dinero a la organización, etc.
* Predicadores ricos que gozan de lujos mientras los miembros sufren la pobreza.
* Control de la vida personal de los miembros por “pastores” y otros líderes religiosos.
Si esto es lo que alguien tiene en mente al hablar de “la religión organizada,” su servidor y todo seguidor de Cristo estamos de acuerdo al oponernos a ella.
Pero, ¡La religión de Cristo no es así!
Cristo condena la violencia (Mateo 5:43-49). No autoriza las burocracias ni el control ajeno en la religión. Sus verdaderos seguidores no se enredaron en la política ni presionaron a otros a dar cierto porcentaje de sus ganancias para la obra, sino una ofrenda voluntaria y secreta de parte de los miembros (1 Corintios 16:1,2; Mateo 6:1-4). Jesús condenó a los que se consideraron ser “el clero” de su día por su orgullo y deseo de controlar a otros (Mateo 23). Entonces, la verdadera religión de Cristo no es nada como “la religión organizada” hoy en día.
Aun así, la religión de Jesús tampoco es una religión desorganizada. Sus seguidores se reunían el primer día de la semana y otros días para adorar a Dios y edificarse mutuamente (Hechos 20:7). En estas reuniones participaron de la cena del Señor, tuvieron ofrendas voluntarias (1 Corintios 16:1,2), cantaron alabanzas a Dios, oraron y escucharon mensajes de la palabra de Dios (Hechos 20:7). Así hacen los seguidores de Cristo hoy en día. No se meten en la “religión organizada” en el sentido de juntarse con sectas y tradiciones humanas, pero al seguir a Cristo, sí organizan a los fieles que llegan a conocer en congregaciones independientes.
No conviene ser ermitaño espiritual
Aunque es correcto que “la religión organizada” ha sido fuente de muchos abusos, este hecho no sirve como excusa para evitar las responsabilidades espirituales que acompañan el verdadero deseo para buscar a Cristo. Las bendiciones de Dios jamás han sido para los ermitaños espirituales, o sea, para los que no quieren tener tratos con otros.
Una de las bases de la fe de Cristo es el amor, el servir a otros. ¿Cómo se puede lograr esto quedándose en casa y negando reunirse con otros cristianos?
* “Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad ,mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos otros entrañablemente, de corazón puro.” (1 Pedro 1:22) La purificación del alma resulta en el amor entrañable y no fingido. ¿Cómo es posible alcanzar la purificación del alma sin querer reunirse con otros que procuran el mismo?
* Hebreos 10:24 “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos…” Es imposible cumplir con estos mandamientos si nos quedamos en casa y si negamos congregarnos con cristianos humildes.
Conclusión
Aunque nadie que ame la sencillez y la humildad que manda Jesucristo va a querer juntarse con la religión organizada tal como está descrita al principio de este artículo, si en verdad quieren aprender de Jesús, sí van a procurar llegar a conocer a los discípulos mansos que quieren hacer lo mismo.
Las bendiciones que Cristo ofrece no son para los solitarios espirituales, sino para los que quieren aprender a amar y servir a Dios junto con otros. Por lo tanto, si usted en verdad es un buscador de la verdad, no use “la religión organizada” como excusa para no reunirse con congregaciones humildes que siguen a Cristo.