¿La Biblia apoya la esclavitud?

¿La Biblia apoya la esclavitud?

La Biblia y la esclavitud
De «Creced» 3/2007

Pregunta: Alguien que no cree en Dios me dijo que la Biblia apoya el sistema de la esclavitud. ¿Es verdad?

Comentario: En el Antiguo Testamento Dios luchó para educar a los judíos para que dejaran su cultura primitiva y llegaran a ser más civilizados y en fin más santos. Durante este proceso, a veces toleraba prácticas que no alcanzaron Sus ideales. Por ejemplo, Jesús dijo que el divorcio fue tolerado por “la dureza de vuestro corazón” (Mateo 19:8), pero los principios originales de Dios eran que un hombre y una mujer vivieran juntos para toda la vida (Génesis 2:20-24). Así también debido a la dureza del corazón, Dios toleraba otras prácticas primitivas como la poligamia y la esclavitud. No obstante, dio reglas en cuanto a ellas para quitar sus abusos más crasos y para finalmente hacerlas obsoletas. Las reglas en cuanto a la esclavitud aparecen mayormente en Éxodo 21, Levítico 25 y Deuteronomio 15.

Y así fue en cierto sentido en el Nuevo Testamento con respecto a la esclavitud. Aunque dio principios que no conforman con el sistema de esclavitud, (por ej.: Gál. 3:28; 1 Cor. 7:23; Hechos 10:34;1 Cor. 13, etc.), el Nuevo Testamento dio por sentado que era parte de la cultura griega. O sea, dio principios que están opuestos a la esclavitud sin recomendar la rebelión completa en contra de ella como sistema social. Dios quería que el amor y el respeto que son productos de Su palabra hicieran obsoleta la esclavitud. ¡Y así pasó! Al extenderse el cristianismo en el imperio romano, el sistema de esclavitud fue desintegrándose. Y así pasa siempre donde el cristianismo tiene más influencia.

Aplicación

Existen muchos males sociales hoy en día: el aborto, el homosexualismo, el divorcio, etc. Algunos cristianos están tentados a confiar en el proceso político para combatirlos, esperando que las nuevas leyes, los boicots y candidatos políticos “cristianos” puedan quitarlos. Pero, la mejor forma para combatir los males sociales no es la política, sino es cambiar los corazones por medio del evangelio. Cuando el hombre aprende a verdaderamente respetar a Dios y amar a su prójimo como a si mismo, desaparecen las prácticas incivilizadas.

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