¿Cómo ayudar a los homosexuales con el evangelio?
De «Creced» 12/2014
Al enfrentar la promoción inquietante del homosexualismo en nuestra cultura, la cuestión de cómo alcanzarles con el evangelio normalmente no ha sido la más apremiante entre los cristianos. De lo contrario, muchos se han enfocado en cómo combatir el homosexualismo en la esfera política y social por medio de leyes diseñadas para combatir al matrimonio entre ellos y por esfuerzos para quitar a los políticos que simpatizan con ellos. Hay muchas armas disponibles en esta guerra cultural: Los textos del Antiguo Testamento que dan la pena de muerte por la práctica (Levítico 18:22; 20:13), Romanos capítulo uno que enseña que el homosexualismo está en contra de la naturaleza y es el producto del rechazo de Dios y varias autoridades que señalan los efectos nocivos en la sociedad que acompañan los pecados sexuales.
¿El camino de la guerra cultural en contra del homosexualismo es el de Jesucristo? El homosexualismo era rampante en el imperio romano. Aunque el homosexualismo habría sido menos perceptible entre los judíos, otros pecados socialmente inaceptables como la prostitución, la extorsión y la colaboración con los opresores romanos eran comunes entre ellos. Y, ¿qué hizo Jesús con respecto a aquellos pecadores intocables en la sociedad judía? ¿Promovió una cruzada política para limpiar la cultura judía de ellos de una vez por todas? No, ¡comió y bebió con ellos! (Mateo 9:9-12)
Es que a Jesús no le interesó usar la presión política para efectuar cambios sociales en una cultura decadente, sino que quería alcanzar a los individuos, aun a los parias, con el mensaje del reino. Comió y bebió con ellos para mostrarles el mejor camino del amor de Dios. Sus seguidores hicieron lo mismo. Los pasajes que mencionan el homosexualismo como Romanos 1 fueron escritos a cristianos y no a los inconversos para evangelizarlos. Al contrario, fue el amor de Dos que motivó a muchos como los corintios, los cuales habían participado en todo tipo de perversión sexual, a ser lavados, santificados y justificados “en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (1 Corintios 6:11).
Los discípulos de Cristo deben decidir si su objetivo principal al enfrentar el homosexualismo es: (a) enfocarse en la guerra cultural y usar los medios políticos y sociales para combatir la agenda de los homosexuales, o (b) enfocarse en los individuos perdidos y mostrarles un mejor camino a través del amor de Cristo. El enfocarse en “a” es ignorar el ejemplo de Cristo y también nos perjudica al tratar de lograr “b”, el demostrar el amor de Cristo como camino al perdón y a la transformación. Pocos homosexuales van a percibir nuestro amor si lo que más ven en nosotros son esfuerzos ruidosos para tratar de efectuar cambios políticos.
¡El camino de Cristo siempre es el mejor! Jamás olvidémoslo, aun cuando nos sentimos afligidos al observar la decadencia de nuestra cultura occidental.