QUÉ HACER CUANDO EL CÓNYUGE COMETE ADULTERIO
¿Qué debe hacer un cristiano cuando se da cuenta de que su cónyuge le ha sido infiel? Alguien me hizo esta pregunta hace poco. ¿Cuáles son algunos principios bíblicos para tener en mente frente a esta situación tan dolorosa?
- No actuar precipitadamente – La tentación al darse cuenta de la traición de un cónyuge es arremeterse y hacer decisiones con apuro que muchas veces no son sabias. Santiago dice, “Cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira…” (Santiago 1:19,20). No hay tiempo más apropiado para este consejo que después de un gran trauma. “El que se apresura con los pies peca” (Prov. 19:2). Es importante tomar el tiempo antes de hacer decisiones importantes. Debe ser asunto de días, semanas o meses, y no de horas.
- Acudir a hermanos de confianza para orar con ellos. Dios nos ha dado hermanos para ayudarnos a sobrellevar nuestras cargas (Gal. 6:2). En momentos de trauma, debemos buscar a unos pocos de confianza con mucha discreción para orar con ellos y buscar su consejo.
- No echar la culpa a usted mismo (Romanos 8:1). Aunque usted pueda pensar en muchas fallas que haya cometido, no se eche la culpa a usted mismo si ha tratado de salvar su matrimonio. Nada justifica la infidelidad matrimonial.
- No atacar al cónyuge, especialmente frente a los niños (1 Pedro 3:9). Aunque un cónyuge infiel merece fuerte condenación, no es el lugar de la víctima dárselo. Quizás un tiempo de separación convenga para determinar cómo proceder, pero debe ser hecho sin palabras fuertes ni acusaciones.
Este principio se aplica aún más cuando hay niños involucrados. Todo lo que usted hace debe ser hecho con ellos en mente, protegiéndolos de los aspectos más feos de esta traición. Se les puede decir algo como, “Es triste que ustedes tienen que ver problemas en nuestro matrimonio, pero todos nosotros los amamos y vamos a hacer todo lo posible para ayudarles.” Tienen que haber muchos abrazos y cariño en los momentos de gran estrés.
- Volver a establecer el matrimonio si es posible. Quizás sea posible si el culpable se arrepiente y demuestra tristeza por su pecado. Si no es posible volver a establecer el matrimonio, el cónyuge infiel debe quedarse célibe el resto de la vida (Mateo 5:32; 19:9) y muchos no tienen el dominio propio para hacerlo.
- Aunque haya derecho de divorciarse, que no se haga de prisa. Jesús dio la fornicación, o sea, la infidelidad sexual, como excepción a su prohibición del divorcio en Mateo 5:32 y Mateo 19:9. Entonces, el partido inocente tiene el derecho de divorciar al cónyuge infiel. Pero esto no se debe hacer ligeramente sino como último remedio cuando el cónyuge sigue en el pecado o si dentro de algún tiempo llega a ser obvio que las cicatrices de traición son demasiado profundas para seguir.
La traición matrimonial es uno de los actos más feos que el hombre puede cometer. Dios usó esta figura para simbolizar como los Israelitas lo abandonaron a él para ir en pos de los ídolos. Lo importante es que respondamos a la traición en nuestras vidas, tal como Él respondió a la traición de su pueblo— con tristeza y aun con ira que es controlada, pero también con amor, dominio propio y el deseo de extender la misericordia. No es fácil. Pero con su ayuda podemos sobrevivir el trauma de la infidelidad conyugal.