¡Me gustan los perros! pero…
De «Creced» 2/08
Muchos son cariñosos y quieren demostrarlo a sus amos y a sus amigos. Pero, no me gustan dos formas en las cuales algunos perros quieren expresar su afecto: (1) brincando y poniendo las patas en los pantalones o la camisa, o, (2) lamiendo la cara. Si quieren mover la cola, acercarme y dejar que les acaricie, magnífico, pero por favor, ¡que no hayan patas en mis pantalones ni lengua en mi cara! No importa si los perros así quieren demostrar su cariño. Los bien adiestrados aprenden a sujetarse a sus amos para demostrar su apego en forma aceptable. Algunos piensan que lo único importante es adorar a Dios de alguna forma y no importa tanto cómo hacerlo. Me gustan los perros, pero… Adoran a Dios como a ellos les guste con elementos del mundo del espectáculo: aplauso, brincos e instrumentos de música como guitarras, güiros, etc. O, lo hacen con elementos de su tradición: incienso, agua bendita, vestimentas especiales, etc. Aunque sinceros, no se detienen para preguntarse si Dios quiere que así demuestren su afecto. En vez de preocuparse por agradar a Dios, le dan a El lo que a ellos les guste y no lo que El ha pedido.
Adoremos a Dios en formas que El ha autorizado en el Nuevo Testamento, el cual es Su revelación para los cristianos (Col. 3:17). Así no seremos como perros indisciplinados los cuales a pesar de su cariño, molestan más de lo que agradan.
(Ilustración de Sewell Hall)