El bautizarse otra vez por no entender la importancia del compromiso
De Creced 12/2011
Un joven sincero se me acercó en una reunión juvenil y me dijo en confianza, “Fui bautizado al tener doce años, pero ahora creo que no entendí bien la importancia del compromiso que estaba haciendo. ¿Debo ser bautizado otra vez?”
Este tipo de pregunta es bastante común ya que muchos de nosotros al reflexionar en nuestros bautismos, nos damos cuenta de no haber comprendido mucho en el momento de nuestra sepultura y resurrección espiritual.
No cabe duda que algunos deben ser bautizados otra vez. En Hechos 19:1-6 un grupo de hombres que ya habían sido bautizados con el bautismo de Juan, se dieron cuenta de la importancia de bautizarse por la autoridad de Jesucristo y por tanto se bautizaron otra vez. Así hoy en día, los que se bautizan con el bautismo de los hombres (el dado a niños que no tienen pecados, el que no ha sido una sepultura en agua, el que no ha sido para perdón de pecados sino para «testimonio público)deben bautizarse nuevamente con el de Cristo.
Pero, ¿qué de los que se bautizaron bíblicamente, o sea, han sido sepultados en agua para perdón de los pecados después de haber creído, pero con fe o con arrepentimiento inmaduro?
Algunos principios importantes
* Nadie lo entiende todo al ser bautizado. Los que se arrepintieron y se bautizaron en el día de Pentecostés, no habrían entendido completamente la segunda venida del Señor, que la circuncisión no debía ser exigida, la diferencia entre el antiguo pacto y el nuevo y centenares de otros puntos. Dudo que hubieran entendido que el compromiso que estaban haciendo iba a causar una ruptura con el judaísmo, el rechazo de muchos de sus familiares y una gran persecución. Si los judíos en el día de Pentecostés no comprendieron mucho con respecto a su compromiso, ¡cuánto menos los samaritanos (Hechos 8:5-25), el eunuco (Hechos 8:26-40), el carcelero (Hechos 16:26) los tesalonicenses (1 Tes. 1) etc.! Aun así sus bautismos eran válidos.
Así hoy en día al bautizarnos hay muchas cosas que no comprendemos, ni tampoco captamos los profundos cambios que nuestro compromiso va a exigir. Nada de esto hace que nuestro bautismo sea inválido.
* ¿Cuánto tenemos que entender? (a) Que Jesucristo es el hijo de Dios (Hechos 8:37), (b) que su muerte y resurrección es la base de nuestra esperanza (1 Corintios 15:3,4 y (c) que al bautizarnos tenemos los pecados perdonados (y así somos añadidos al grupo de individuos salvos, o sea, a la iglesia) y luego andamos en nueva vida (Hechos 2:38; Romanos 6:3,4). No tenemos que comprender estos puntos perfectamente, pero sí debemos tener cierto nivel de comprensión de ellos.
En resumen, ¿Cuánta fe es necesaria? ¡Bastante para obedecer! Los enfermos muchas veces no comprenden cómo la medicina les va a ayudar, o sea, cómo la composición química afecta a sus células para que se mejoren, pero no tienen que comprender todo esto para que la medicina les ayude. Solamente tienen que creer bastante para tomar la medicina.
Una ilustración
Tengo a una hermana llamada Rosi que desde niña ha sido muy habladora. Sin embargo, cuando tenía seis años y estaba a punto de entrar en el primer grado de la escuela, comenzó a estar muy callada. Mi papá se dio cuenta que algo pasaba a Rosi y fue a hablar con ella.
“Qué te pasa hijita? ¿Por qué te has puesto tan callada? ¿No quieres ir a la escuela?” le preguntó mi papa.
“No quiero ir,” le dijo Rosi.
“¿Por qué no?” le dijo mi papá. “¿No te gusta la señorita Glass? y ¿no te gustan los niños que van a ser tus compañeros de escuela?”
“Sí,” le dijo Rosi, “me gustan la señorita Glass y mis compañeros, pero no quiero ir a la escuela.”
Por un tiempo mi hermana no quiso dar la razón por sus temores, pero por fin ella le dijo a mi papá, “no quiero ir a la escuela porque no sé leer.”
“Hija,” le dijo mi papá a mi hermana con una sonrisa. “No vas a la escuela porque ya sabes leer, sino vas a la escuela para aprender a leer.”
Así nosotros no nos bautizamos porque ya sabíamos mucho en cuanto al compromiso que estábamos haciendo o porque teníamos perfecta fe, sino nos bautizamos para aprender acerca del compromiso y para aprender a tener más fe. El hecho que no comprendíamos mucho al bautizarnos no hace nulo aquel bautismo.
Resumen
Dios es misericordioso con los que se bautizan en él sin entender mucho y por tanto si uno ha sido sumergido en agua por la autoridad de Cristo (y no la de alguna secta) para perdón de los pecados, no debe dudar de su bautismo ni de la salvación que Dios provee. Dios no exige nuestra perfección al bautizarnos y nosotros no debemos exigirla de nosotros mismos al reflexionar en ese evento.
Aun así, si uno sigue siendo perseguido por dudas después de pensar en puntos como los hechos en este artículo, a veces conviene bautizarle otra vez para que tenga paz en la mente. Conozco a algunos que lo han hecho. Que Dios nos ayude frente a esta cuestión y a otras más que a veces nos preocupan.