Dos artículos sobre la ofrenda y la generosidad.

Dos artículos sobre la ofrenda y la generosidad.

#1 «¡Qué alivio! ¡No tenemos que dar el diezmo!»

Algunos sienten un gran alivio al darse cuenta que el diezmo pertenece al antiguo sistema de los judíos y que hoy en día, bajo Cristo, no somos obligados a diezmar 10% de nuestras ganancias al Señor, sino dar según hemos prosperado (1 Cor. 16:1,2).
Pero, ¿por qué tanto alivio? ¿Es que tienen la revocación del diezmo como permiso para ser «tacaños» con el Señor? ¡Seamos sinceros!
Aunque es verdad que bajo Cristo no somos obligados a dar cierto porcentaje de nuestra ganancia, ¡sí somos obligados a ser generosos con Dios! (2 Cor. 9) Si podemos dar más de 10%, no solamente en la colecta de la congregación, sino de nuestros bolsillos a los necesitados y a proyectos evangelísticos, y no lo hacemos, ¡somos culpables de ser tacaños delante de Dios! Con el Nuevo Pacto de Cristo tenemos una revelación aun más clara del amor de Dios por medio del sacrificio de Su Hijo que los judíos de la antigüedad. Por tanto, debemos estar dispuestos a sacrificar aun más que ellos.
Cualquier que tenga la abolición del diezmo como licencia a ser escaso con Dios, no conoce el espíritu del Nuevo Testamento y queda condenado delante de Dios.

#2 ¿Por qué no somos generosos?

Una gran causa por la falta de generosidad de hermanos con respecto a la ofrenda es que muchas veces no sabemos para qué estamos ofrendando.
Cada congregación debe tener en mente metas espirituales y animar a los hermanos a alcanzar estas metas siendo generosos con la ofrenda. A continuación presento algunas pocas de muchas metas que se puede presentar a la congregación:
(1) Comprar cierta cantidad de tratados o estudios bíblicos. (O, grabadora para mensajes bíblicos por teléfono, etc.)
(2) Sostener a un hermano para que pueda dedicar más de su tiempo a predicar y enseñar.
(3) Construir un nuevo local o hacer arreglos al local donde se reúne para adorar a Dios.
(4) Ayudar a hermanos necesitados (1 Cor. 16:1,2).
(5) Ayudar a evangelistas conocidos (Fil. 4:10-19)
(6) Tener un programa radial, poner un aviso en el periódico, etc.
A veces conviene motivar a hermanos a sacrificar al decir cosas como lo siguiente: «Si cada hermano da ____ (cantidad) más cada domingo, entonces podemos sostener a nuestro evangelista, ampliar más en el local, ayudar a un hermano con su cirugía,» etc. O sea, como Pablo en 2 Corintios 8 y 9, tenemos que animar a los hermanos a dar con el objeto del sacrificio en mente.

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