¿USTEDES NO CREEN EN EL ESPÍRITU SANTO?
Así me pregunta un amigo de Argentina. La respuesta es, por supuesto que sí. Creemos en el Espíritu Santo en las congregaciones donde trabajo. La Biblia habla del Espíritu Santo como un ser divino que nos ama (Romanos 15:30), siente tristeza (Ef. 4:30), oye y habla (Jn. 16:12-14) y tiene otros atributos personales. Es mencionado en un plano de igualdad con el Padre y el Hijo en textos como Mateo 28:19 y 2 Corintios 13:14.
¿Por qué, entonces, piensan algunos que no creemos en el Espíritu Santo? ¡Es porque no creemos en muchos de los errores comunes que se promulgan acerca de él! Unos ejemplos:
* No creemos que el Espíritu hace que la gente caiga al suelo en un trance. O sea, no creemos en “caer en trance en el Espíritu”. No hay ejemplos bíblicos de esta práctica. Viene de los hombres y del emocionalismo y no de Dios.
* No creemos que el Espíritu Santo hace que la gente hable en “lenguas extáticas.” En la Biblia, sí hizo que la gente hablara otros idiomas conocidos en el mundo de aquel entonces (Hechos 2:4; Note especialmente los versículos 6,8 y 11). Pero, no hay nada en la Biblia de lenguas extáticas, o sea, sonidos extraños que no son idiomas. Según textos como 1 Corintios 13:8-10, el hablar verdaderos idiomas en forma milagrosa iba a terminar y terminó.
* No creemos que el Espíritu Santo nos guie hoy por medio de sueños, corazonadas, voces misteriosas, por nuestra intuición ni en otras formas subjetivas. Creemos que nos guía hoy solamente y únicamente a través de la revelación que dio a los apóstoles y profetas, la cual encontramos hoy en forma escrita en la Biblia. Según Efesios 6:17, la espada del Espíritu, su arma principal, ¿es un sueño en la noche? ¿Es algo que viene a nosotros en un trance? ¿Es nuestra intuición? Según Efesios 6:17 la espada del Espíritu es la palabra de Dios, la cual tenemos hoy en la Biblia. Es la única espada del Espíritu.
Es el problema con todos los errores que hemos mencionado con respecto al Espíritu: el concepto de caer en trance en el Espíritu, de hablar lenguas extáticas y no idiomas verdaderos y de ser guiado por sueños, trances, la intuición y otras fuentes desconfiables. No agradan al Espíritu Santo, sino que detraen de su obra maestra, la Palabra de Dios. Por lo general, los que dan énfasis a caerse en el Espíritu, los trances, las voces misteriosas y otras manifestaciones atribuidas al Espíritu, dejan de confiar mucho en la Palabra de Dios. Implican por sus acciones y afirmaciones que ella es insuficiente.
Entonces, el hecho de que no creemos en muchos errores comunes promulgados en el nombre del Espíritu Santo no significa que no creemos en Él. Al contrario, al aceptar lo que las escrituras nos dicen acerca de la suficiencia de su Espada, la palabra de Dios, nos sujetamos a ella y la respetamos. Son los que no creen en la suficiencia de Su espada los que no creen suficientemente en Él. Entonces, apreciemos y amemos al Espíritu por su espada poderosa, la palabra de Dios. No caigamos en errores acerca de Él los cuales hacen daño a Su obra.
