Tragedia en México
De «Creced» 4/2011
El 22 de enero de este año, al ser despedidos los hermanos de una reunión de la iglesia de Cristo en La Boquilla, Chihuahua, México, dos sicarios de una pandilla acribillaron a tiros a dos hermanos fieles, Carlos Retana Talamantes de 37 años y su sobrino llamado cariñosamente, Ponchin, de 23 años. Les asesinaron frente a los niños y mujeres de la iglesia, evidentemente para intimidar a otros en el pueblo, el cual tiene cómo dos mil habitantes. El predicador en la congregación (y hermano de Carlos y padre de Ponchin), Alfonso Retana Talamantes, fue herido en el ataque, pero comenzó a recuperarse. Dos semanas más tarde, fue asesinado por los mismos sicarios cuando trató de abrir de nuevo su pequeño negocio.
Al darse cuenta que los maleantes iban a seguir matando, 37 miembros de la iglesia, mayormente los relacionados con la familia Talamantes, contando todos los niños y mujeres, dejaron todas sus posesiones menos la ropa que llevaban y escaparon a escondidas de noche de La Boquilla. Fueron a Ciudad Juárez donde pidieron asilo en el consulado de los Estados Unidos. El consulado les dejó entrar en los Estados Unidos en forma temporaria donde ahora esperan que las autoridades de inmigración les concedan el asilo permanente. El hermano Alberto Barrera, quién me ha mantenido a tanto con respecto a los hermanos, dice, “La salud de nuestra Hermana Anita viuda de Retana no está muy bien pero esta recibiendo mucho apoyo y estímulo de los hermanos que están con ella.”
Pensando en lo acontecido
Vivimos en un mundo que cada día es más corrompido. Vemos mucha violencia y desorden en la frontera entre y México y los Estados Unidos debido a la cultura de drogadicción en este país. Varios hermanos me relatan como la delincuencia se ha apoderado de El Salvador y está en aumento en casi todo el mundo hispano. Al abandonar más personas a Dios, no cabe duda que Satanás y sus aliados están ganando mucho terreno. El resultado del alejamiento de Dios es el sufrimiento.
Dios no promete a los cristianos que no van a sufrir en la violencia producida por la decadencia moral. Los hermanos de La Boquilla y otros más son testigos de este hecho, igual como lo son los cristianos de los primeros siglos después de Cristo.
Pero Dios sí promete…
(1) La consolación –
* “Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón” (Salmos 34:18).
* “Por su maldad será lanzado el impío; Mas el justo en su muerte tiene esperanza” (Proverbios 14:32).
(2) La justicia – 2 Tesalonicenses 1:7-10
Y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo;los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron.
Aunque las autoridades humanas nunca les castiguen, los maleantes que asesinaron a los hermanos humildes van a recibir lo que merecen de un Dios justo que aborrece la violencia.
(3) La victoria –
* “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Romanos 8:37).
* “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe” (1 Juan 5:4).
Conclusión
Oremos por nuestros hermanos de La Boquilla, los que viven en el norte de México y en otros lugares donde abunda la violencia y el desorden. Preparémonos porque algún día quizás no muy lejano, lleguemos a tener que sufrir como ellos han sufrido a manos de hombres violentos e injustos. Confiemos en la victoria final que Dios nos ha prometido a pesar de la maldad que abunda tanto en este mundo. Busquemos aquella patria donde “ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor…”