Los frutos del Espíritu. «Por sus frutos los conoceréis»

Los frutos del Espíritu. «Por sus frutos los conoceréis»

Lucas 6:43-45
De «Creced» 5/2002

Lo que Jesús dice en el texto es con el fin de aprender a distinguir entre lo bueno y lo malo de las personas.
Hemos aprendido a valorar las plantas por el servicio que nos dan. Los árboles cuyo frutos son buenos los apreciamos más, los arboles que el fruto es dañino y amargo son menospreciados y usados para otros fines.
Según las escrituras, Dios espera fruto de nosotros (Juan 15:1-8). Es más, en el versículo 44 de Lucas 6 dice, «seremos conocidos por el fruto.» No conocemos la manzana por mango, la uva por guineo, la naranja por pera o la piña por fresa.
Espiritualmente, solo hay dos clases de frutos por los que hemos de ser conocidos: (1) frutos del Espíritu y (2) frutos de la carne.
Los frutos del Espíritu

Dice en Hechos 5:32 que por nuestra obediencia hemos recibido el Espíritu. Lo que tenemos que pensar es en los frutos que este Espíritu producirá en nosotros.
Pablo en Gálatas 5:22,23 nos habla de estos frutos.
(1) Amor – Juan dice, «El que no ama, no ha conocido a Dios porque Dios es amor.» (1 Juan 4:8) Jesús dijo, «En esto conocerán que sois mis discípulos si tuviereis amor…» (Juan 13:35)
(2) Gozo – Los sufrimientos son para algunos causa de tristeza, para el cristiano fiel, en medio de cualquier situación adversa tiene gozo (Hechos 5:40,41).
(3) Paz – ¿Qué es paz? Paz es la ausencia de la discordia. Cristo enseña que podemos tener paz en medio de conflicto (Juan 16:33). No tenemos que esperar un tiempo en que esta paz sea una realidad, ya es una realidad en nuestra vida.
(4) Paciencia – Este es uno de los frutos que más cuesta conseguir y se pierde fácilmente. La paciencia la necesitamos para perseverar cuando las cosas no vayan bien (Hebreos 10:35,36).
(5) Benigno – Al hablar de este fruto, pensemos en lo dicho por Pablo en Efesios 4:32.
(6) Bondad – ¿Cómo describiría usted? ¿Es un hermano bondadoso?
(7) Mansedumbre – Una persona mansa es una que ha sido domada, amansada por el evangelio. No dejamos de ser hombre y mujer en todo el sentido de la palabra, pero (siempre hay un pero) al querer salir de nosotros el viejo hombre, oímos la voz del Señor que nos dice, «quieto».
(8) Templanza – Es sinónimo de firmeza. Es bueno cuando se oye decir, «que hermano más templado.» Ser templado o firme no permitirá seamos llevados de todo viento de doctrina.
Todas estas cualidades o características son para hacer ver lo que hemos llegado a ser. Lo que se antepone se encuentra en Gálatas 5:19-21. Son los frutos de la carne que nos convertirían en cristianos mediocres o desagradables.
¿Por qué frutos habremos de ser conocidos?
Por Luis Darío Segovia

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