El rendirse con el concepto de “restauración” parte 2

El rendirse con el concepto de “restauración” parte 2

En el primer artículo, vimos que muchos grandes hombres de Dios en la Biblia lucharon para restaurar prácticas de Dios que sus antepasados habían olvidado – Ezequías, Josías, Samuel, Asa, Joiada, Esdras, Nehemías, etc.

¿Es posible imitarlos hoy? Muchos en las iglesias que afirman ser de Cristo dicen que no. Dicen que es imposible ser solamente un cristiano tal como eran los primeros seguidores de Cristo. En el primer artículo de esta serie, mencionamos cinco objeciones que ellos hacen al concepto de la restauración y respondimos a la primera que es, “Hoy existe una denominación ‘Iglesia de Cristo.’” Notamos que es verdad que existe una, pero ¡no tenemos que pertenecer a ella! Ahora nos dirigimos a otras objeciones de hermanos progresistas al concepto de restauración.

¿El buscar mandamiento, ejemplo o inferencia necesaria es una hermenéutica zwingliana?

Objeciones al concepto de la restauración
1. “Es innegable que existe una denominación ‘Iglesia de Cristo.’”
X 2. “El pedir mandato, ejemplo e inferencia necesaria es una hermenéutica zwingliana y es impráctica.”
X 3. “El ‘movimiento de la restauración’ ha dado demasiado énfasis a actos externos y ha descuidado el amor y la gracia.”
X 4. “Lo importante es el amor y no actos de adoración ni la organización de la iglesia.”
5. Mejor, entonces, aceptar que somos una denominación, botar el concepto de buscar “libro, capítulo y versículo” y aceptar prácticas que todos los demás aceptan como las mujeres en el púlpito, la música instrumental en la adoración, etc.

Una “hermenéutica” es un sistema de interpretación que usamos para analizar la Biblia. La idea de buscar autoridad de Dios por “mandato, ejemplo o inferencia necesaria” no es ninguna “hermenéutica” formal sino sencillamente es referirse a los bloques fundamentales de la comunicación. No hay ninguna forma para comunicar nuestra voluntad a otros si no es al decirles lo que queremos, mostrarles un ejemplo, o hacer alusiones para que saquen la conclusión correcta. Otra forma para pedir mandato, ejemplo o algo que podemos inferir, es decir, “dígame, muéstreme, o ayúdeme a ver lo que usted quiere.” Al hacerlo, no elaboramos ningún sistema formal de “hermenéutica,” sino que solamente le pedimos al otro que comunique con nosotros por medio del sentido común.
Cuando alguien dice, “¿dónde hay un mandamiento, ejemplo o inferencia para autorizar nuestras prácticas?” solamente pregunta, “¿Cómo sabemos si Dios lo quiere o no?” Es una pregunta legítima. Jesús hizo una pregunta casi idéntica al preguntar a los saduceos, “el bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres?” (Lucas 20:4)

Por supuesto, el buscar “mandamiento, ejemplo o alusión” no es el todo en cuanto a analizar la Biblia sino solamente una parte de él. También queremos que Dios nos anime, nos consuele y nos fortalezca a través de su palabra y para ello buscamos otros tipos de expresión.
A fin de cuentas, no debemos ensuciar las aguas al soltar frases como “hermenéutica zuingliana” cuando alguien sinceramente quiere usar el sentido común para saber si Dios quiere algo o no. No es exacto hablar así ni tampoco es justo.

“El movimiento de restauración ha dado demasiado énfasis a actos externos y no a la restauración del corazón”

Históricamente, creo que hay mucha razón en esta acusación. Muchos han dado énfasis al bautismo, la cena del Señor todos los domingos, la organización de la iglesia y han descuidado la misericordia, la gracia y el servicio humilde. Pero el hecho de que algunos en algún “movimiento” hayan dado demasiado énfasis a lo externo y no al corazón no significa que no podemos dar énfasis a los dos aspectos del servicio a la vez.

Al implicar que tenemos que elegir uno de dos principios – o el amor o el énfasis en la organización y la adoración de la iglesia los progresistas presentan una “falsa dicotomía”, o sea, quieren que elijamos uno de dos conceptos como si fueran exclusivos, cuando la verdad es que no son exclusivos sino compañeros. Nos lleva al siguiente punto…

¿No son importantes las formas de adoración y organización en las iglesias?

Si decimos que la organización y las formas de adoración no son importantes sino que solamente lo son el amor y la sinceridad, entonces no hay nada de malo con un Papa, cardenales, diócesis, arzobispos, presidentes, etcétera para mandar las iglesias. Tampoco no habría nada de malo con el agua bendita, la extremaunción, la venta de indulgencias, ni tampoco el tumbar a los hombres para “matarles del Espíritu.” Lo que los hermanos “progresistas” no reconocen es que ¡la organización humilde y la adoración humilde son compañeros de un corazón humilde! Si queremos el amor y la humildad, tenemos que oponernos a elementos humanos en la organización (el institucionalismo, las jerarquías, etc.) y también en la adoración (elementos del mundo del espectáculo).
Esperamos analizar la quinta objeción en el próximo boletín.

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