¿Qué decir antes de la cena?

¿Qué decir antes de la cena?

de Creced febrero, marzo 2017

A veces los que sirven la cena llegan a tener malos hábitos al “presidir” en este servicio.

  1. “El regañazo” – El anfitrión mira con enojo a los que están por participar y dice algo así,

1 Corintios 11:29 dice que el que toma la cena indignamente come y bebe condenación. Si usted está aquí y está pensando en otra cosa al participar de la cena, ¡bebe condenación! Si usted ha hecho algo malo la semana pasada o si está algo distraído, mejor ni pensar en la cena para no ir al infierno.
Comentario – Este tipo de “exhortación” puede llenarnos de miedo ya que nos motiva a pensar mucho en el infierno y poco en la muerte de Cristo que fue diseñada para librarnos del mismo. Aunque hay tiempo para dar advertencias contra del mezclar la cena, algo santo, con lo profano, tal como lo hacían los corintios, quizás el mejor tiempo para hacerlo no es cuando estamos por pensar en el gozo de la salvación que viene por el sacrificio amoroso de Cristo.

  1. “Somos mejores que las sectas” – Va algo así —

La iglesia de Cristo no es como las sectas. Ellas participan de la cena una vez al mes o aun una vez al año. Nosotros no somos tan descuidados como ellos porque seguimos la autoridad de las escrituras al seguir el ejemplo aprobado de Hechos 20:7. El texto no dice que se reunían el primer día del mes para partir el pan, tampoco el primer día del año. ¡Dice que fue el primer día de la semana! Nosotros somos los únicos que siguen este patrón bíblico.
Comentario – Es probable que después de oír este tipo de “exhortación” que en vez de pensar en la bondad y la sabiduría de Dios, que pensemos en nuestra propia astucia y sagacidad, ya que no somos como aquellos “sectarios” negligentes. En vez de estar llenos de humildad y de gratitud al pensar en nuestros pecados y en el sacrificio hecho por ellos, nos llenamos de orgullo sectario y demostramos no saber en verdad lo que es la iglesia de Cristo.

  1. La rutina adormecida – Es hacer lo mismo siempre cada domingo – Se lee con poco entusiasmo 1 Corintios 11:33-36 y se murmura unas pocas palabras acerca del hecho de que el pan representa el cuerpo de Jesús y el fruto de la vida Su cuerpo. El siguiente domingo se hace más o menos lo mismo. Quizás el tercer domingo se lee Mateo 26:26-29, diciendo otra vez que el pan representa el cuerpo y el fruto de la vid su sangre, pero el cuarto domingo vuelven a 1 Corintios 11:33-36 para decir lo mismo.

Un mejor camino

El tiempo de la cena no es para pensar en que vamos al infierno, ni en que seamos mejores que las sectas, mucho menos es para una rutina adormecida. Es para pensar en el amor de Dios, en su gran sacrificio, en el gozo de la salvación, en la liberación de la esclavitud. Hay muchos textos que hablan de estos y otros temas pertinentes, por ejemplo, los que hablan de sombras de la muerte de Cristo en el Antiguo Testamento (la pascua, los sacrificios en Levítico, etc.)

Para ayudarnos a refrescar nuestras mentes al pensar en las bendiciones de Dios, todos los que den palabras antes de la cena deben andar siempre pensando en textos y pensamientos que puedan ayudar a los que van a participar. ¡Hay centenares! Que hagamos listas de ellos, leyéndolos a los hermanos y dando unas pocas palabras acerca de su importancia con respecto al gran sacrificio en la cruz. Con un poco de esfuerzo, podemos asegurarnos de que la cena sea un verdadero punto culminante de la reunión de los santos, una bendición que fortalezca a los santos durante toda la semana.

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