Más comentarios acerca de malas actitudes frente al error

Más comentarios acerca de malas actitudes frente al error

De «Creced» 2/2012

Un buen hermano me ha escrito comentando dos artículos anteriores en este boletín con respecto a nuestras actitudes frente a la controversia (Garrison Keilor y la división entre “los Hermanos Libres” y La mala reacción frente al error)

Me ha dicho en cuanto a divisiones en su país:

* “Han habido casos en los cuales he llegado a entender que la división se dio por asuntos meramente personales, y no doctrinales, con todo aunque fueran doctrinales no se ha tenido la sabiduría y la misericordia para tratar las diferencias entre hermanos.”

* “Como resultado de esto tenemos que las iglesias de Cristo en este país no son fuertes. El impacto que podríamos tener en la predicación a los perdidos es bastante bajo. y el crecimiento espiritual de los hermanos es poco y muy a menudo se enfrascan en disputas que solo acarrean divisiones.”

* “En algunos casos es real lo que plantea usted en el articulo donde habla de Garrison Keillor de que si yo me reúno en esta iglesia A no puedo hablar con hermanos de otra iglesia B porque están perdidos y cuando otra iglesia C habla con esa iglesia si lo continua haciendo ya no puede hablar con nosotros. En algunos casos hermanos de esta iglesia A tienen familiares cristianos en iglesia B pero por la situación se les obliga a dejar de hablar aun con sus familiares.”

* “Otra situación que se esta dando es que como usted lo menciona en el otro articulo, la amargura y la dureza a ha pasado a formar parte del trato cotidiano entre los hermanos y unos a otros a veces se descalifican.”

Mis comentarios
Me entristece leer comentarios como este pero sé que describen bien la situación en muchas partes. Por un lado, es un error decir que lo que ha traído la división en el país del hermano no es nada. Sé que allí han formado una organización nacional puramente sectaria con sus oficiales (presidentes, vicepresidentes, etc.) conferencias oficiales, estatutos oficiales, etc. Quedarse callado frente a este desarrollo sectario nos lleva a lo largo a algo parecido al romanismo. Pero por otro lado, ¿siempre es necesario cortar todo contacto con hermanos humildes que no se dan cuenta del peligro de las organizaciones nacionales, institutos sectarios y otra maquinaría sectaria?

Judas 22,23

Al pensar en esta cuestión pienso en textos como Judas 22 y 23 y me doy cuenta que no todos los hermanos equivocados deben ser tratados en la misma manera. Me llama la atención especialmente la frase, “de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne.”

Hay dos elementos aquí:

(1) Misericordia porque es un atributo de nuestro padre celestial.
(2) Temor porque los errores que les ha contaminado a ellos pueden contaminarnos a nosotros y especialmente a los débiles entre nosotros.

Veo en Judas 23 una categoría que no es la misma que la involucrada en textos como 1 Corintios 5 y 2 Tesalonicenses 3. Estos textos tratan del cortar la comunión con los rebeldes. Ese texto implica un esfuerzo para mantener las comunicaciones y aun el cariño con los ingenuos y confundidos (“misericordia”) pero con mucha discreción (“temor”).

Creo que este es el proceso (“misericordia con temor”) que ha faltado muchas veces en las controversias entre hermanos. Un extremo es la falta de misericordia, el condenar con sarcasmo y sin misericordia a los equivocados, cortando toda vía de comunicación con ellos. El otro es la falta de temor y quiere tratar conceptos y sistemas humanos como si no fueran nada peligrosos.
Una palabra de precaución –Aunque tratemos al error con todo el amor y misericordia que podemos demostrar, siempre hay algunos, mayormente los promotores y oficiales de las organizaciones sectarias y los que reciben sueldos del “sistema”, que nos van a satanizar y no nos sorprendamos cuando así hacen. Pero que sean ellos los que usen el sarcasmo y los apodos despectivos. Que sean ellos los que corten las vías de comunicación. Por nuestra parte, que Dios nos ayude a vencer con el bien el mal y ser astutos como serpientes pero mansos como palomas.

Luz amarilla, Luz roja

Quizá la diferencia entre el énfasis de 1 Corintios 5 y el de Judas 23 se puede ilustrar con la diferencia entre una luz roja y una amarilla en el sistema de tránsito.
La luz roja (1 Corintios 5) implica que hay que “parar” completamente. Espiritualmente no podemos participar en el error ni hacer nada que pudiera ser interpretado como apoyo para él. No podemos tener plena comunión con los rebeldes ni con los líderes de apostasía.
La luz amarilla (Judas 23) implica mucha precaución pero no es tan drástica como la roja. Así creo que bíblicamente debemos mantener el contacto con hermanos débiles e ingenuos con respecto a corrientes peligrosas, hablándoles cariñosamente y manteniendo abiertas las vías de comunicación esperando así ayudarles a ver a lo largo que el camino de Cristo es mejor que el de los hombres en el cual están comenzando a andar.
Que Dios nos ayude a ser firmes al apoyar principios bíblicos pero misericordiosos y amorosos con los que todavía no han crecido en su comprensión del peligro de corrientes sectarias en la iglesia.

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