Consejos bíblicos para cristianos de edad

Consejos bíblicos para cristianos de edad

De «Creced» 2/2010

Muchas veces me han pedido dar mensajes diseñados para los jóvenes, pero jamás en mi vida me han dicho, “hay muchos viejos presentes hoy, por favor dé un mensaje para ellos.” Sin embargo, la Biblia da consejo para los de edad igual como para los jóvenes. A continuación damos cinco consejos con base bíblica para cristianos de edad.

1. No trate de presentarse como joven cuando no lo es. No hay nada más ridículo que el ver a las abuelas en minifaldas con caras cubiertas de varias manos de pintura y crema las cuales tratan de esconder lo obvio, ¡que hay algunas arrugas! (¡Y los varones pueden hacer cosas parecidas!) Aunque no es malo arreglarse y procurar la belleza con dignidad (y creo que los cosméticos usados en moderación pueden ayudar a las hermanas a alcanzar esta meta), la obsesión con el presentarnos al mundo como si tuviéramos 30 años menos que los actuales, demuestra una inconformidad que es incompatible con el contentamiento que la Biblia manda en textos como 1 Timoteo 6:6-8 y Filipenses 4:11-13. Aunque estos textos se aplican directamente a la conformidad con nuestra situación económica también pueden ser aplicados indirectamente a la aceptación del proceso natural de envejecimiento. Tal como Pablo había aprendido a estar contento en cualquier circunstancia económica de su vida así también nosotros, con la ayuda de Dios, ¡podemos estar contentos en cualquier etapa de nuestras vidas, seamos jóvenes, adultos de edad media o ancianos!

2. Disfrute la vida que Dios le ha dado – Pablo era ya anciano cuando escribió “Regocijaos en el Señor siempre, Otra vez os digo regocijaos” (Phil. 4:4).

Da pena ver a ancianos deprimidos que se han rendido con la vida y no tienen otro deseo sino el dormir, quizás ver algunas telenovelas en casa y salir poco de la casa. Aunque requiere esfuerzo, los ancianos cristianos deben esforzarse en salir y vivir, asistiendo a todas las reuniones que puedan asistir, visitando a enfermos y sirviendo a los hermanos mientras puedan. Si su salud no permite que salgan, pueden leer la palabra de Dios en su casa, invitar a los hermanos a visitarlos y hablarles del cielo, de la palabra y de la esperanza que Dios nos ha dado.

Después de hablar el salmista en Salmo 92:12 y 13 del justo que iba a florecer como la palmera, dice en versículos 14 y 15, “Aun en la vejez fructificarán; Estarán vigorosos y verdes, Para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto, Y que en él no hay injusticia.” ¡Es que los ancianos que siguen a Jehová tienen una fuerza interior que los del mundo no tienen!

3. Gócese con las bendiciones que acompañan la edad – La bendición más grande que nos llega con la edad es la sabiduría que acompaña la experiencia. Me han preguntado si me gustaría volver a tener 20 años. Mi respuesta es que si pudiera volver a tener 20 años con la experiencia que tengo ahora con mis 54, lo haría. Pero es imposible. ¡La experiencia solamente viene con la edad! Por esta razón Dios quiere que los de edad enseñen a los jóvenes (Tito 2:3).

4. Evite los pecados que acompañan la edad. Tal como hay pasiones juveniles (2 Tim. 2:22) hay algunas tentaciones que afectan a los ancianos en particular. Pablo hace alusión a algunas de ellas en Tito 2.

* El no ser sano en amor y paciencia (Tito 2:2) – Cuando las aflicciones de la edad comienzan a agobiarnos es fácil dejar que dos actitudes no sanas nos apoderen: (a) El enredarse en preocupaciones acerca de nosotros mismos, el hablar continuamente con todo el mundo acerca de nuestras visitas a los médicos, nuestra medicina, nuestros dolores y nuestros problemas. ¡Pero cuando estamos tan enredados en nosotros mismos, no somos amorosos! El amor es preocuparse principalmente por otros. Tratemos de no tomar tanto a pecho nuestros dolores para que podamos enfocarnos en el amor y el servir a otros. (b) Todo nos molesta: los niños y jóvenes, la política, los cónyuges, etc. Si no tenemos cuidado podemos llegar a ser como viejos refunfuñones, criticando a todos y siempre enojados con el mundo. Este espíritu también puede revelarse con la calumnia (Tito 2:3). Dios no quiere este espíritu malhumorado entre sus ancianos sino que sean sanos en amor y paciencia.

* El ser esclavo del vino (y de drogas “para los nervios”) (Tito 2:3) – A veces los médicos recetan drogas para el dolor y los nervios las cuales pueden ser útiles y necesarias en ciertas circunstancias pero que también pueden llegar a ser nuestros amos. Los cristianos van a tener cuidado con este peligro.

5. Añore el cielo – Por más años que tengamos, ¡más cerca estamos al cielo, nuestro hogar eterno! “… Ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos” (Romanos 13:11). Esta verdad debe llenar a los ancianos con anticipación y entusiasmo. Aunque es verdad que el cruzar el río de la muerte muchas veces no es nada agradable, Dios nos dará la fuerza para hacerlo, y al otro lado del río, ¡hay bendiciones que no podemos captar ni imaginar!

“Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria.” (2 Corintios 4:16, 17).

Que Dios nos ayude a tener esta fe y confianza para que el alcanzar la mayoría de edad no nos traiga la depresión, sino la esperanza, la fe y los años más fructíferos de nuestras vidas.

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