Dos breves artículos sobre el amor
De «Creced 12/2015
No es verdadero amor ni compasión si…
Si creemos tener tanto amor y compasión que nos negamos a corregir el pecado, entonces lo que tenemos no es el verdadero amor ni la verdadera compasión, sino el egoísmo que nos aleja de Dios. Todos necesitamos las buenas nuevas de amor, de compasión y de gracia, pero estas nuevas siempre deben ser acompañadas por un mensaje de igual importancia el cual nunca es fácil y que puede ser resumido con una sola palabra—arrepiéntete.
Un mensaje de compasión sin una llamada a arrepentirse es hueco y una llamada al arrepentimiento que no es acompañada por la compasión es despiadada. Los dos juntos son lo que llamamos el evangelio. “arrepentíos, y creed en el evangelio.” (Marcos 1:15)
(Por Doy Moyer)
El amor y las cicatrices
Amar es ser cicatrizado. Por más que ames, más cicatrices tendrás. El amor es la inversión de nosotros mismos en otros – la inversión de nuestro tiempo, nuestros recursos y nuestras emociones. El rechazo de ese amor resulta en heridas profundas y penetrantes. Aun así, las cicatrices que provienen del amor son buenas cicatrices, cicatrices que son mandadas por Dios, cicatrices que caracterizan a los dadores. Nos identifican con nuestro Salvador cicatrizado, herido por el rechazo de quiénes Él vino para salvar. Cualquiera que tenga pocas cicatrices emocionales es un aprovechado y no un dador.
