«Lo más apreciado»

De «Creced», 5/03

Hace poco mis padres se mudaron de Georgia a Nueva York y como parte del proceso de mudanza, tuvieron que revisar papeles y efectos que habían acumulado a través de los años para determinar qué guardar y qué botar.

Entre los artículos que tuvieron que separar para conservar o echar, habían tarjetas de cumpleaños, aniversarios y bodas guardadas en una caja de cartón. Al revisarlas pronto se dieron cuenta que hubo dos tipos: (1) las compradas en tiendas, algunas de las cuáles eran bastante costosas y ornatas, y (2) las hechas a mano por sus hijos y nietos con crayolas, lápices de pastel y bolígrafos. Entre éstas hubo poemas infantiles que reflejaron el amor puro del niño hacia sus padres, o en algunos casos, sus abuelos. Los poemas eran acompañados por dibujos aniñados de la familia, de perros o de otros objetos atesorados por los niños.

¿Cuáles eran las tarjetas más estimadas? ¿Las hechas profesionalmente con gráficos y poesía de expertos? Como puede imaginar, generalmente las conservadas fueron las rústicas hechas por niños inexpertos, porque revelaron su afecto sincero .

APLICACIONES

Algunos piensan deber adorar a Dios en grandes edificios costosos con coros profesionales y predicadores cultos y suaves. Miran por encima del hombro un poco a los campesinos u obreros que se reúnen para adorar en las casas o en locales humildes.

Otros me han dicho, «no puedo cantar muy bien y por tanto no voy a cantar mucho».

No comprenden que Dios prefiere el sacrificio sincero del corazón humilde y del pobre en espíritu, no importa tanto lo bonito que sea la voz a oídos humanos o el local a la vista humana.

«Así que ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesen su nombre». (Heb. 13:15)
«Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, Oh Dios». (Salmos 51:17)