LAS PATADAS DE LA MADRE JIRAFA
Phillip Yancey relata una historia de un safari africano en el que estaba, donde vio a una mamá jirafa cuidando a su recién nacida. Poco después del parto, ella se acercó y pateó a su cría, y parecía que realmente la estaba lastimando. Luego lo hizo de nuevo. Cada vez, la pequeña jirafa se levantaba sobre sus piernas tambaleantes y trataba de caminar. Aun así ella la madre continuó pateándola. Finalmente, se levantó bastante rápido y escapó de las patadas de su madre.
Yancey se volvió hacia su guía y le preguntó: «¿Por qué la madre jirafa hace eso?» El guía respondió: “La única defensa que tiene la jirafa es su capacidad para levantarse rápidamente y superar a su depredador. Si no puede hacer eso, pronto morirá. »
Dijo el guía que, aunque parecía ser una cosa cruel, era realmente lo más amoroso que la madre podía hacer por su descendencia. Y así es a veces con la disciplina correctiva de nuestros hijos. Por supuesto, en nuestro caso, no recomendamos el patear a nuestros hijos. Aun así la disciplina, aun con la vara de corrección, tiene el mismo propósito. Nuestros hijos no pueden sobrevivir en el mundo si no aprenden a levantarse y aprender a trabajar con dominio propio. A veces necesitan de la disciplina para “motivarlos” a tomar los pasos necesarios.
“La vara y la reprensión dan sabiduría,
Pero el niño consentido avergüenza a su madre” (Proverbios 29:15).
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