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La vara de disciplina
De Creced 9/03
Proverbios 13:24 El que escatima la vara, odia a su hijo, mas el que lo ama lo disciplina con diligencia.
Proverbios 22:15 La necedad está ligada en el corazón del niño; la vara de disciplina la alejará de él.
Hebreos 12:8 Pero si estáis sin disciplina..., entonces sois hijos ilegítimos y no hijos verdaderos.
El castigo es desagradable (Heb. 12:11) y por tanto, muchos cristianos pasan por alto esta enseñanza. Como resultado, vemos tres tragedias:
(1) Hijos que no saben distinguir entre el bien y el mal,
(2) No respetan la autoridad de sus padres ni tampoco la de Dios.
(3) No se dan cuenta que el comportamiento egoísta trae consecuencias desagradables. Les cuesta captar la seriedad del pecado.
Dios especifica la vara como instrumento de corrección. No debe ser un palo grande, sino una ramita de un arbusto o árbolito, algún medio metro de largo (para niños pequeños) pero no muy grueso. Este tipo de varita arde (y a veces deja rayitas) pero no hace daño permanente. Si usted no tiene arbustos o árboles cerca de su casa, puede conseguir varitas en otro sitio y guardarlas en la refrigeradora. A mi juicio, otros instrumentos de corrección son imperfectos: la mano no duele bastante y la correa lastima demasiado.
¿Cuándo debe ser aplicada?
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TIPOS DE REBELION QUE EXIGEN CASTIGO FUERTE E INMEDIATO
1. El niño le dice no cuando le manda hacer algo.
2. El niño le trata con falta de respeto o con sarcasmo.
3. Usted le dice al niño que haga algo (ven, aléjate de allí, silencio, etc.) y éste no se mueve para cumplir con la órden.
4. El niño estorba la adoración de los cristianos
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Creo que la varita no debe ser aplicada para descuidos y olvidos, sino para actos de rebelión como los descritos en el cajetín. Esos pueden ser corregidos con castigos menos fuertes.
Se debe comenzar a usar la varita cuando los niños aprendan lo que significa la palabra no, alrededor de un año a 18 meses de edad. Por ejemplo, el niño comienza a meterse en un lugar donde no debe y los padres le dicen, no. El niño mira a los padres, habiendo entendido la palabra no, pero se mete de todos modos donde no debe. Es señal para comenzar el castigo amoroso. No se debe castigar a un niño pequeño de menos de 10 meses por llorar cuando no entiende nada.
¿Cómo debe ser aplicada?
La corrección debe ser un gran acontecimiento. Me da pena ver a padres que dan repetidos cachetazos o bofetadas a sus hijos. En un período de 30 minutos, pegan al niño 10 veces o más. Este castigo caprichoso es un abuso. Gwendolyn Webb señala siete pasos para hacer que el castigo sea un gran evento:.
(1) Buscar la varita. Es bueno no apurarse en este paso para que el niño ten-ga tiempo para reflexionar en sus acciones.
(2) Llevar al niño a un lugar apartado. Castigar al niño frente a otros es abusar de él.
(3) Expresar el amor y la desaprobación de la rebelión. Mi padre siempre me decía, este castigo me duele más a mi que a ti, pero tengo que hacerlo porque te amo. No lo creía en aquel tiempo pero ahora sí.
(4) Aplicar la varita a las piernas o la colita. La cantidad de aplicaciones depende del tamaño del niño pero creo que entre 3-6 normalmente es suficiente para los pequeños. Si bailan o tratan de eludir su disciplina, será necesario dominarlos y darles más por no aceptar lo que les corresponde. Nuestra hija mayor siempre trataba de brincar y evitar la varita y entonces nosotros con mucho esfuerzo la dominabamos y le decíamos, estas tres son para la desobediencia, y ahora tres más por brincar. Le costó algunos meses, pero por fin se dió cuenta que no le convenía bailar sino aceptar su disciplina.
(5) Hacer que el niño se rinda. Si la rebelión trata de negarse hacer algo (limpiar el cuarto, arreglar los juguetes, etc.), después del castigo, lleve al niño a su cuarto o a los juguetes y dígale, ahora, haz lo que te dije. A veces los niños todavía desafiarán la autoridad de sus padres y si lo hacen, hay que disciplinarles otra vez. Quizás hay que castigarles cuatro o cinco veces antes de que se sujeten, pero es de suma importancia no dejar que el niño gane esta batalla de voluntad.
(6) Después de un buen rato, cuando todo se haya tranquilizado y el niño se ha endulzado, el que ha aplicado la discipilina, debe tomar el niño en los brazos y comunicar el amor con él. Pero cuidado, si es el padre que lo ha aplicado, la madre no debe adelantarse en dar cariño al niño, para no dejar la impresión jamás que simpatice con su rebelión. Los padres siempre tienen que apoyarse mutuamente en la disciplina.
(7) Perdonar la transgresión.
Es de suma importancia evitar errores comunes en la disciplina.
(1) Amenazar el castigo sin cumplir. Muchos padres amenazan castigo pero el niño sabe que están min-tiendo. Los gritos y las palabras fuertes no substiyen a la disciplina amorosa, sino pueden llegar a ser el abuso verbal.
(2) Castigo que no duele. Una madre dijo una vez, el niño se rie cuando le castigo. Pero el problema es que le daba con la mano por encima de los pañales y los pantalones. Hay que aplicar la varita a la piel Si no hay dolor, no ha habido corrección.
(3) Contradecir un padre al otro frente al niño. Si usted piensa que su cónyuge haya sido demasiado fuerte con el niño (o vice versa), no lo diga frente al niño, sino luego, en un lugar privado.
(4) El abuso físico. (véase abajo)
(a) ¡Discipline al hijo con amor, y no para vengarse de él! La Biblia autoriza solamente la disciplina que proviene del amor y no la que proviene del deseo de venganza. Si usted está airado y no tiene dominio propio, ¡no toque al niño!
Recuerdo bien como mi padre varias veces me dijo, Hijo, estoy demasiado enojado para castigarte ahora, pero en quince minutos cuando me tranquilice, te voy a dar lo que mereces. Así me enseñó la importancia de disciplinar con dominio propio. (Y nunca se olvidó de darme la medicinaÓ después de pasar los 15 minutos.)
(b) No humille al niño frente a otros. Llévele a algún lugar privado y allí dele lo que necesite.
(c) Nunca darle al niño en la cara. Dios hizo lugar para la disciplina corporal (la colita o las piernitas). Aplique la varita allí.
(d) Con los niños pequeños, puede poner su mano en la pierna donde está aplicando la disciplina, así asegurándose con o que la varita arde sin ser demasiado fuerte.
Dios dice, Al presente, ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza; sin embargo, a los que han sido ejercitados por medio de ella, les da después fruto apacible de justicia. (Hebreos 12:11). Corrige a tu hijo y te dará descanso, y dará alegría a tu alma. (Proverbios 29:17) Confiemos en estas promesas.
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