La importancia de enseñar a nuestros hijos la importancia del trabajo

De "Creced" 6/2013

* 2 Tes. 3:10 "Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma."

* Ef. 4:28 - "El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad."

El trabajar para ganar el pan de cada día es honroso a los ojos de Dios y también para los hombres. Los individuos que no quieren trabajar se ven mal en todas las culturas. ¿Cómo podemos enseñar a nuestros hijos la importancia de trabajar?

1. Darles tareas cuando son pequeños - Se dan las primeras tareas a los niños cuando tienen entre 1 y 2 años y normalmente tiene que ver con el poner los juguetes en su lugar (quizás una caja) al terminar con ellos. Al tener unos pocos años más, los niños pueden ayudar a sus padres a barrer y a limpiar varias partes de la casa. Aunque al principio esta "ayuda" en verdad no ayuda, es sumamente importante dejar que lo hagan y que sean alabados al hacerlo, "Miren como Juancito está ayudando a mami a barrer."

Cuando son más grandes, deben ser responsables por hacer sus camas y por limpiar sus cuartos. Cuando lo hacen bien, deben ser alabados, pero cuando no lo hacen bien, deben perder privilegios en la casa. Me acuerdo que mi tarea todos los sábados por la mañana era limpiar el garaje y también pasar la aspiradora por el piso de la sala. Pensé que mi mamá era muy cruel al darme estas tareas, especialmente cuando vi a mis amigos jugando afuera. Una vez le dije, "Mira como todos mis amigos están afuera jugando y yo aquí adentro con estas tareas." Mi mamá respondió con una sonrisa, tomándome el pelo, "es que sus madres los quieren a ellos más que yo a ti."

Si es posible, al llegar a tener sus 16-18 años nuestros hijos jóvenes deben buscar trabajo afuera de la casa. Deben poder gastar un poco de lo que ganan (por ejemplo, hasta 25%) en lo que quieran (normalmente compran aparatos electrónicos), pero lo demás debe ser ahorrado o dado a los padres para los gastos de la familia. Llegué a tener mi primer trabajo así cuando tenía 13 años, vendiendo periódicos todas las mañanas.

2. No escuchar excusas - Los haraganes siempre dan excusas para no trabajar. Proverbios 26:13 "Dice el perezoso: El león está en el camino;_El león está en las calles."
A veces los niños y los jóvenes harán todo lo que puedan para evitar el trabajo. Los padres astutos no harán caso a estas excusas sino con amor pero firmeza les dirán que tienen que cumplir con sus responsabilidades si no están enfermos de verdad.
Siempre les conviene en estos casos hacer recordar a los niños y jóvenes que aunque el trabajo pocas veces es "divertido," da satisfacción y propósito al hombre y de más importancia agrada a Dios. A lo largo los que son diligentes en su trabajo tienen más satisfacción en sus vidas que los haraganes que siempre buscan excusas para evitar el trabajo.

3 Tomar satisfacción en el trabajo - Al terminar la creación, Dios tomó el tiempo para observarla y declarar que estaba bien (Génesis 1:31). ¡Así debemos hacer nosotros! Al terminar la limpieza de la casa es bueno sentir satisfacción al ver lo bonita que está. Hasta hoy, me gusta ver casas que ayudé a construir como joven cuando trabajaba como ayudante para un albañil.

4. La importancia de prepararse para ganar el pan de cada día cuando sean adultos - Significa el aprender bien un oficio (como reparar autos, construir casas, sembrar, etc.) o quizás ir a la escuela para aprender cómo ser maestro, enfermera, etc. La clave que es desde pequeños, los niños sepan que Dios quiere que trabajen como adultos para ganar el pan de cada día y que se preparen para hacerlo,

5. Ningún trabajo es "servil" para Dios sino honroso - Esto debe ser reflejado en la actitud de los padres, los cuales deben respetar a todos los obreros y deben expresar ese respecto frente a sus hijos.

6. No regalar demasiadas cosas a los hijos - Aunque los padres siempre van a dar algunos regalos a sus hijos, no deben hacerlo demasiado sino que deben exigir que éstos trabajen para conseguir la mayor parte de las cosas que quieran. Por ejemplo, si los hijos quieren algún juguete o aparato electrónico, los padres no deben comprarlo inmediatamente para ellos, sino que deben sentarse con los hijos y hacer un plan por medio del cual ellos puedan ganar el dinero por el trabajo para conseguirlo en algunos meses o aun años en el futuro.

Esta forma de proceder bendice a nuestros hijos al menos en dos formas: (1) Lo que viene fácilmente no es apreciado. A veces veo que los niños descartan juegos que les han regalado después de poco tiempo. Pero si ellos mismos han trabajado para ganar el dinero para comprarlos, son más apreciados y mejor cuidados. (2) Los hijos aprenden que Dios nos da lo bueno en la vida solamente si lo esperamos.

Por supuesto lo más valioso que los padres pueden dar a sus hijos es el amor para con Dios y el amor para con el prójimo. Pero casi tan valioso es la enseñanza en cuanto a la importancia del trabajo y la satisfacción que viene por él. Que Dios nos ayude.