De "Creced" 6/2004

El nombre “Baal” significa amo, dueño, Señor o marido. En la Biblia se refiere principalmente al dios cananeo que supuestamente controlaba la lluvia y la fertilidad. Otros dioses entre los cananeos incluyen “El,” la cabeza original del panteón (grupo de dioses) el cual tuvo una compañera “Asera” (Jueces 3:7). En el tiempo de los jueces, Baal estaba comenzando a reemplazar a “El” como el dios principal. La adoración a Baal llegó a ser tan depravada que incluyó la prostitución (Jueces 2:17; Jeremías 7:9; Amos 2:7) y aun el sacrificio de los hijos, los cuales eran quemados vivos (Jeremías 19:5). Es por esta degeneración que Dios quería que los hijos de Israel destruyeran completamente todo rasgo de su influencia.

Al llegar los hijos de Israel a la tierra de promesa, varios factores les tentaron a contaminarse con la adoración a Baal.
(1) No expulsaron a todos los cananeos y no eliminaron la adoración de Baal como Dios les había mandando. Al contrario, se casaron con los cananeos y mezclaron la religión de Dios con la de Baal.
(2) Algunos judíos evidentemente tuvieron a Jehová solamente como Dios del desierto. Por tanto al llegar a Canaan, pensaron deber tomar en cuenta al dios de la lluvia y la fertilidad ya que iba a ser más pertinente a su nueva tierra.
(3) Las seducciones carnales de Baal atrajeron a judíos que tenían poco dominio propio.

La contaminación del baalismo llegó a ser tan completa en algunas etapas históricas, que se refirieron a Jehová como “Baal”, o sea, “el Dueño” en nombres de individuos en textos como Jueces 7:1; 1 Crónicas 8:33,34; 14:7, etc. En el tiempo de Elías hubo solamente 7,000 que formaron el remanente fiel que no se había contaminado con la idolatría (1 Reyes 19:18). Los profetas de Jehová continuamente suplicaron al pueblo a limpiarse de esta contaminación y volver a adorar a Jehová en forma pura y sincera.

Los “baales” del siglo 21 son el materialismo y la carnalidad.
Los judíos espirituales hoy, los cristianos, se contaminan con los baales modernos en la misma forma que fueron contaminados sus antepasados espirituales: no expulsando los programas y películas cuestionables de sus vidas, casándose (literalmente y simbólicamente) con mundanos y mezclando la religión de Dios con la del mundo con el bingo, música “cristiana” al estilo del mundo, etc. Algunos dicen que la religión de Cristo no es pertinente hoy en el siglo 21. Otros más ceden en forma abierta a las atracciones carnales del mundo cometiendo la fornicación.

Que nos encontremos entre los pocos, el remanente fiel, que sigamos a Cristo y sus apóstoles y profetas, no contaminándonos con las seducciones de los baales modernos.