¿Por qué llegaba el niño tarde?

¿Por qué llegaba el niño tarde?

De «Creced» 2/2011

Llegó un niño humilde a una escuela y pronto impresionó a su maestra con su buen comportamiento y atención al trabajo. Pero después de un tiempo comenzó a llegar una hora tarde todos los días. La maestra le preguntó por qué había comenzado a llegar tarde y el niño respondió, “Voy a tratar de ser mejor.” Sin embargo, siguió llegando una hora tarde. La maestra habló con el director de la escuela acerca del problema y decidieron llamar al niño a la oficina para hablarle más seriamente de su tardanza habitual. El niño prometió otra vez que iba a tratar de mejorarse, sin embargo poco cambió. Trataron de telefonear a los padres pero sin éxito. Por fin el director decidió ir en persona a la casa del niño para hablar con los ellos. Llamó a la puerta y no oyó nada pero pudo abrir la puerta un poco y se dio cuenta que adentro había un gran desorden. Volvió el director a la escuela, llamó al niño a la oficina, le hizo sentar y le habló seriamente. “Hijito, ¿qué pasa? Fui hoy a tu casa y no pude encontrar a nadie allí y me parece que hay problemas. ¿Me puedes decir lo que está pasando para que podamos ayudarte?”

El niño miró abajo y entonces comenzó a hablar en voz baja, “Es que mis padres se fueron de la casa el mes pasado y me dejaron un sobre con dinero para que yo comprara comida para mi hermanita y para mi. Pero ahora que se han ido, tengo que despertarla y llevarla a su escuela antes de venir aquí. Por más rápido que corro, no puedo llegar a tiempo.”

Dos Aplicaciones

(1) Hay tantos niños hoy en día que son abandonados si no en forma literal como el niño de la historia, sí en forma emocional y espiritual. A veces somos muy impacientes con ellos en las reuniones de la iglesia y en otros lugares. Hacen mucho ruido, corren de aquí para allá y muchas veces no demuestran la debida cortesía a los otros. Por supuesto debemos tratar de educarles a portarse mejor, pero a la vez, no debemos perder la paciencia con ellos ni tenerles como problemas. Imagino que los niños alrededor de Jesús no siempre se hubieran portado bien, sin embargo Jesús les tuvo como grandes bendiciones. Así debemos tenerles en las iglesias y en nuestras vidas en general. La única esperanza que tienen es que los cristianos alrededor de ellos les demuestren el amor y la misericordia de Dios a pesar de la mala crianza que sus padres les hayan dado. Debemos darles mucho cariño, mostrándoles que hay un mejor camino que el del egoísmo y carnalidad que muchas veces ven en sus padres y en el mundo alrededor.

(2) Aunque los cristianos no abandonen a sus hijos económicamente y físicamente, como padres deben asegurarse que tampoco les abandonen emocionalmente y espiritualmente. Es tan fácil enredarse en los afanes de nuestro trabajo y en los desafíos de la vida cotidiana y dejar que nuestros hijos pasen horas frente a la televisión o con los juegos de video. Los padres y las madres deben disciplinarse a si mismos para pasar horas y no minutos todos los días con sus hijos, conversando, cantando, orando y leyendo con ellos. Son tesoros que Dios nos ha dado y como este escritor ha descubierto, están con nosotros por muy poco tiempo.

Lucas 18:15 Traían a él los niños para que los tocase; lo cual viendo los discípulos, les reprendieron.
16 Mas Jesús, llamándolos, dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.
17 De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él.

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